Buenos Aires, 6 de julio de 2020
El
fiscal Salúm, encargado de la Causa 50 sobre los hechos de
genocidio en el norte de Santa Fé, reabrió la investigación
sobre la responsabilidad empresaria en la represión ilegal.
De la investigación se desprende que un grupo de trabajadores
-cuyo número aún es incierto- fueron secuestrados ilegalmente
entre enero y noviembre de 1976. Algunos fueron secuestrados
adentro de la fábrica, en la localidad de Avellaneda,
mientras cumplían su turno de trabajo. Otros en sus
domicilios y hasta en la vía pública, en la ciudad de
Reconquista. No se sabe cuantas personas participaron de esos
operativos ni tampoco a que fuerzas de seguridad reportaban.
Con
el paso del tiempo, los trabajadores consiguieron liderar el
gremio, un hecho que generó una gran molestia para la
patronal. Desde la conducción del gremio dictaron nuevas
reglas que impedían a los patrones arreglar a su conveniencia
con la burocracia sindical para continuar con la explotación
de los obreros.
"Se
trata de una causa nueva, con un expediente diferente. Se
esté investigando la participación de directivos de la
empresa en los hechos. Aunque por el paso del tiempo no hay
directivos que puedan ser juzgados. Este directorio no es el
mismo de entonces, y los que participaron en aquella época
están alejados o son ancianos", explicó Alejandro
Córdoba, referente de la Liga en Reconquista. Uno de los
directivos aún vivos es el señor Hector Vicentín, quien hizo
declaraciones públicas a favor de la empresa durante las
manifestaciones del pasado sábado 19 de junio que violaron el
aislamiento social preventivo y obligatorio.
"Fuimos
promotores de esa causa como querellantes y a través de
nuestra filial Reconquista, vamos a reactivar nuestro rol.
Vamos por todos los responsables del genocidio, vamos por el
poder económico financiero exportador mafioso", señaló
José Schulman, secretario general de la Liga Argentina por
los Derechos Humanos.
Secuestros, golpes y torturas
Los
secuestros se enmarcan dentro de una serie de hostigamientos
y persecución laboral que por su desempeño gremial venían
sufriendo los trabajadores de la empresa, en el marco de la
represión ilegal perpetrada por la última dictadura cívico
militar. A Efrén Venturini, delegado general, lo señaló
el jefe de personal, el señor Tonietti. También se llevaron a
Adelqui Gavirondo, Estanislao Zunini, Eldo Zorat, entre otros.
Los detenidos integraban la Comisión Directiva y el
cuerpo de delegados.
Los
primeros en ser secuestrados fueron Oscar Zarza, Anibal Gall
y Oscar Ortiz, en enero de 1976. Los 3 pertenecían al gremio
Aceitero de Reconquista. Zarza relata que “la detención
vino de adentro de la fábrica. Nos llevaron a la Jefatura de
Reconquista, de ahí a la Brigada Aérea y esa noche, junto a
unas 40 personas – hombres y mujeres- nos metieron a patadas
y bastonazos en un colectivo que nos dejó en la Guardia de
Infantería Reforzada de Santa Fe”. Allí fueron
golpeados, torturados con picanas y liberados luego de unos
15 días. Anibal Gall, en cambio, estuvo detenido hasta que
finalizó la dictadura.
En
noviembre, la situación se volvió más complicada y se
produjeron nuevos secuestros. Entre el 2 y el 4 de ese mes,
camino a la fábrica, en su entrada o dentro de la misma,
secuestraron nuevamente a Zarza, y además también a
Venturini, Gavirondo, entre otros varios trabajadores de
Vicentin.
Oscar
Zarza, Anibal Gall y Efrén Venturini recuerdan como la
fábrica los denunció antes de ser secuestrados y la policía
los encarceló luego de haber organizado una huelga a
principios de la década del 70. Una vez libres, los
trabajadores continuaron con su lucha. Efrén Venturini y
Oscar Zarza recuerdan como Vicentin realizaba inteligencia
sobre ellos: “Nos reuníamos en el salón de la parroquia,
organizándonos para ganar el gremio de los aceiteros y
desmotadores. Las policía de civil nos espiaba por los
techos, nos espiaban en nuestras casa y se infiltraban”.
Venturini
cuenta que estaba trabajando en la embocada de semillas de
algodón, con barbijo, en short y en cuero. Eran las 11 de la
mañana cuando lo chuparon para meterlo en el circuito del
terror que empezaba en Avellaneda y terminaba en Coronda.
Estuvo 10 días desaparecido. Primero, lo llevaron a la
comisaría de Avellaneda, donde le pegaron y le robaron su
primer reloj. Después, encapuchado, lo llevaron a la Jefatura
de Reconquista. Ahí los ataron a todos y, en la madrugada,
los metieron a patadas en un camión y los llevaron a la
ciudad de Santa Fe.
Efrén
relata su calvario particular. La tortura en la ex Policía
Caminera lo dejó muy lastimado, permaneció tres o cuatro días
tirado hasta recuperarse. Pero siguió padeciendo torturas,
para finalmente ser llevado a la Guardia de Infantería
Reforzada. Después lo llevaron a Coronda, desde donde como a
tantos otros lo llevaron a la comisaría 4ta de Mario Fasino,
para seguir torturándolo.
Heraldo
Salvador Sinchez también reconstruye y desenmascara la
estrategia para boicotear la organización sindical. A Sinchez
le llegó el telegrama de despido el mismo día que lo
secuestraron: “De la jefatura de reconquista me llevaron a la
Base Aérea, donde me torturaron por días, después a la GIR,
había muchos obreros de Vicentin ahí. Al mes me largaron”
El
5 de noviembre, un día después del secuestro de los
trabajadores y representantes gremiales, la fábrica les envió
un telegrama para que se presentaran a trabajar en 24 horas,
so pena de ser despedidos. Esta estrategia fue usada por
otras empresas que trabajaron con la dictadura para eliminar
la resistencia obrera a la explotación.
“Ellos
sabían que estábamos desaparecidos, nos llevaron de la
fábrica misma”, dice Efrén Se trató de una estrategia
patronal para librarse de los obreros “problemáticos” y, a la
vez, ahorrarse una fortuna en indemnizaciones.
Hoy,
Efrén Venturini tiene 70 años. Sobrevivió a la dictadura y
vive en Ushuaia. Se casó con Ana, que lo esperó, lo buscó, lo
visitó y juntos criaron siete hijos. Fue denunciante en la
CONADEP y está esperando los juicios sobre la responsabilidad
de los empresarios Vicentín en los delitos de lesa humanidad
cometidos contra él y sus compañeros.
Los
trabajadores de Vicentin que se animan a hablar, y los que
aún no se animan, fueron parte de un plan sistemático
desarrollado en conjunto por empresarios con el gobierno de
facto para desarticular el funcionamiento de los gremios y
así quebrar la voluntad de quienes se organizaban contra la
explotación.
Acerca de la Liga
La
Liga Argentina por los Derechos Humanos es una institución
dedicada a la defensa, la promoción y la educación para los
Derechos Humanos. Nacida el 20 de diciembre de 1937 en el
salón de actos del mítico diario Crítica, heredera de una
tradición de lucha democrática, aspira a trabajar enraizada
en los movimientos populares. Su lucha es por la dignidad de
los seres humanos, por su derecho a ser protagonista en la
construcción de una sociedad en donde la libertad, el pleno
desarrollo de la democracia y el pluralismo sean realidad.
Desde el comienzo, la Liga fue integrada por hombres y
mujeres provenientes de distintas extracciones políticas y
sociales. Nombres ilustres pasaron por sus filas. En el casi
cien años de vida, la mayor parte bajo dictaduras, represión
y estado de sitio, no dejó nunca de levantar sus banderas de
libertad y justicia.
El
trabajo en la actualidad tiene muchas aristas: querellas en
numerosos juicios a genocidas civiles, empresariales y
militares del último golpe militar; violencia institucional;
derecho a la vivienda digna; la causa de lxs presxs
políticxs; violencia de géneros; la solidaridad con los
pueblos saharahui, palestino, cubano.
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