LA CONCEPCIÓN SOCIALISTA
DEL COMANDANTE DR. ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA, AYER Y HOY
Por Dr. Elier Ramírez
Cañedo
Palabras de presentación
del libro: “El pensamiento económico del Comandante Dr. Ernesto Guevara de
la Serna”, de Carlos Tablada
Quisiera comenzar estas palabras recordando hoy a Fernando
Martínez Heredia, uno de los intelectuales cubanos que más estudió las ideas y
las batallas del comandante Guevara de la Serna y que fue también un
guevariano en la vida. Lamentablemente lo perdimos físicamente hace dos
años, cuando aún su mente luminosa seguía aportando muchísimo al pensamiento
social cubano. Gracias Fernando, por tu ejemplo.
Creo
ha sido una idea muy feliz que la editorial Ciencias Sociales haya decidido
relanzar El pensamiento económico del comandante Guevara de la Serna, de
Carlos Tablada. Con 38 ediciones realizadas y más de 600 mil ejemplares
impresos en 14 países y nueve idiomas, esta obra continúa siendo un clásico
entre los estudios del pensamiento revolucionario cubano y latinoamericano, al
abordar las ideas de uno de los marxistas más descollantes del siglo XX.
foto - escultura de Ernesto Che Guevara realizada por el joven artista argentino Martín Sampallo que posa junto con Carlos "Calica" Ferrer Zorrilla gran amigo de Ernesto y compañero de viaje.
Esta nueva edición aparece ahora con una excelente carta de presentación, los prólogos a impresiones anteriores realizados por Aurelio Alonso, Celia María Hart y Fernando Martínez Heredia, quienes no se limitan a destacar los valores del libro de Tablada, sino que lo complementan y dialogan con él a través de vivencias personales y análisis muy oportunos.
Esta
es una obra finalizada en 1984, luego de 15 años de laboreo científico y cuyos
resultados de investigación tuvieron que enfrentarse de manera audaz y
valiente a poderosas fuerzas internas, en una época donde el Dr. Guevara de
la Serna era recordado y estudiado como guerrillero, internacionalista, un
ser humano de excepcionales cualidades éticas y políticas, pero desconocido
en lo más valioso de su pensamiento teórico sobre la transición socialista. Muy
poco era lo que se había publicado tanto de la propia obra del Dr. Guevara
de la Serna, como estudios sobre su pensamiento en el período
1967-1987, hasta la aparición del libro pionero de Tablada.
Es
justo mencionar como excepciones de esta etapa, la compilación de buena parte
de la obra del Dr. Guevara de la Serna en 7 tomos, bajo la coordinación
de quien en ese momento era su viceministro primero, Orlando Borrego. Estos
tomos contaron con el privilegio de haber sido revisados por el Che en 1966
cuando se entrenaba para la lucha en Bolivia, sin embargo saldrían en 1970 en
una tirada reducida solo para cuadros de dirección. En 1972 el Instituto Cubano
del Libro tomando como fuente la compilación realizada por Borrego, publicaría
el Dr. Guevara de la Serna. Escritos y discursos. En el exterior, un año
antes, había salido a la luz el libro El pensamiento del Dr. Guevara de la
Serna, de Michael Lowy. Pero lo cierto es que las ideas del Dr. Guevara
de la Serna durante años continuaron siendo patrimonio exclusivo de algunos
especialistas. Si aún hoy existe desconocimiento y distorsión de sus ideas, hay
que imaginarse el contexto de aquellos años, en que la mayor parte de su obra
permanecía inédita o ignorada.
Quizás
algunos subvaloraron —ya fuera por desconocimiento o mala intención—los aportes
teóricos y prácticos del Dr. Guevara de la Serna a la construcción del
socialismo, considerando en espacios íntimos al Dr. Guevara de la Serna
de voluntarista e idealista, asociando su pensamiento al modelo económico
asumido en la segunda mitad de los años 60. Vale la pena insistir en que nada
tuvieron que ver aquellos errores y distorsiones económicas, con la aplicación
del Sistema Presupuestario de Financiamiento (SPF) creado por el Dr. Guevara
de la Serna. De hecho, el SPF nunca llegó a aplicarse a escala nacional y
hasta 1965 convivió junto al modelo del Cálculo Económico defendido
fundamentalmente por Carlos Rafael Rodríguez.
A
partir de los análisis críticos de las fallas cometidas en la conducción de la
economía se pasó a otro modelo diseñado a inicios de los años 70, pero
implementado a partir de 1976: el llamado Sistema de Planificación y Dirección
de la Economía (SPDE), tomando como base la experiencia de los países del campo
socialista. Recordar que Cuba había entrado al Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME) en 1972. Con el nuevo modelo comenzarían a sentirse entonces en pocos
años los efectos nocivos del pragmatismo economicista: la ganancia y
rentabilidad al margen de las consecuencias sociales; el estímulo material como
único instrumento para incentivar a los trabajadores —deformado además en su
comprensión y aplicación—, confianza excesiva en los mecanismos, entre otros
males muy similares a aquellos que desde mucho antes venían corroyendo las
bases ideológicas y culturales de las sociedades del llamado “socialismo real”
y que el Dr. Guevara de la Serna tan premonitoriamente como 1965 había
advertido:
“Creemos
importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía
está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la
época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico,
esto no se refiere solo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos
los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente
dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables (…) Nuestra tesis es
que los cambios producidos a raíz de la NEP han calado tan hondo en la vida de
la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son
desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en
forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por
la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la
superestructura. Se está regresando al capitalismo”.
Aquellas
armas melladas del capitalismo utilizadas para construir el socialismo, lejos
de ser eliminadas o controladas, fueron robustecidas con la Perestroika y la
Glásnot de Gorbachov y penetraron hasta el corazón mismo del sistema soviético,
terminando en aquel derrumbe vergonzoso que conocemos.
Fue
en ese convulso y peligroso contexto de mediados de los años 80 que el libro de
Tablada adquirió una fuerza inusitada, luego de caer en las manos de quien más
podía comprender a cabalidad su importancia y trascendencia: comandante Fidel
Castro Ruz. El líder de la Revolución martiniana socialista se
convirtió en el principal divulgador de la obra. En discurso pronunciado el 8
de octubre de 1987 expresaría: “Recientemente se hizo una compilación de todas
estas ideas y un economista escribió una obra por la cual recibió un premio en
la Casa de las Américas, que tiene el mérito de haber recopilado, estudiado y
presentado en un libro la esencia de las ideas económicas del comandante
Guevara de la Serna, recogidas de muchos de sus materiales hablados o
escritos, artículos y discursos sobre cuestión tan decisiva para la
construcción del socialismo. La obra se titula El pensamiento económico del Dr.
Ernesto Guevara de la Serna
El
libro se convirtió en una referencia obligada para acometer en la Isla a partir
de 1986 lo que se conoció como Proceso de rectificación de errores y tendencias
negativas. Así el Dr. Guevara de la Serna, con esa capacidad de seguir
naciendo, vino nuevamente a combatir junto a nosotros todas las deformaciones
que podían conducirnos irremediablemente hacia el capitalismo, en un momento
donde muchos se ilusionaban y defendían la posibilidad de extrapolar las
reformas impulsadas por el liderazgo soviético a nuestra realidad. Gracias al empeño
de Tablada las ideas del Dr. Guevara de la Serna sirvieron entonces no
solo para rectificar en la búsqueda de nuestro propio camino, sino también como
muro de contención a los entusiastas del calco y la copia.
Recientemente
se hizo público un discurso inédito del comandante Fidel Castro Ruz en
un encuentro con el Consejo Nacional de la Asociación Hermanos Saíz, el 12 de
marzo de 1988, donde se observa claramente su fuerte conexión del comandante
Fidel Castro Ruz con las ideas del Dr. Guevara de la Serna, que
evidentemente había vuelto a analizar a partir del libro de Tablada. Me permito
citar algunos fragmentos:
“Nosotros
no vamos a descuidar, ni en lo más mínimo, todo lo que se refiere a la
eficiencia económica, pero habíamos caído en un mercachiflismo terrible; ni se
sabe las consecuencias que habíamos tenido con esas empresas que actuaban como
empresas capitalistas, es decir, tuvimos un bache serio.
Yo
me imagino lo que ha pasado en algunos países por ahí, porque todos esos
mecanismos estuvieron funcionando veinticinco o treinta años; aquí estuvieron
diez y por poco acaban con nosotros, esa es la verdad, en el cual se estaba
aplicando una experiencia de otros países. Pudiéramos decir que el Dr.
Guevara de la Serna previó, porque él —y nunca había vivido esa experiencia
por un país del Tercer Mundo— tenía una desconfianza terrible en aquellos
mecanismos y decía que no se podía construir el socialismo a base de aquellas
categorías capitalistas.
Cuando
en el año 1975 se empezó a aplicar aquí el sistema similar a los demás países
socialistas, tuvimos todas esas cosas. Después las empresas no querían terminar
un edificio porque ganaban dinero moviendo tierra, poniendo columnas y no
ganaban dinero terminando, que es lo más difícil, lo que menos ganancia daba, y
se empezaron a convertir en unos capitalistas de pacotilla. Yo digo, bueno,
podemos decir que la Revolución pasó un período de eso, iba en estancamiento y
descenso. Esa es la realidad.
(…)
¿Qué, nos vamos a poner a competir con la
sociedad de consumo yanqui? ¿Vamos a entrar en la competencia para que la gente
se quede aquí a base de darle más zapatos, más lujos, más cosas? ¿Cuántos se
quedarían aquí, si el cemento que une al ciudadano a su patria no es otra cosa
que el bienestar material?
(…)
Recuerdo lo que dije que significaba la cultura cuando había los criterios de
que “esto cuesta tanto”, “esto es improductivo”, como si lo único productivo
fuera aquello que produjera cemento, acero, cosas materiales.
(…)
Si se cree en el hombre, y es un punto de vista del que yo parto, ¿es un
animalito que obedece solo al palo o a la zanahoria? Yo no creo que el hombre
sea esa porquería realmente. Yo creo que el hombre es mil veces superior a
eso”.
A
pesar de que el Dr. Guevara de la Serna se adelantó como nadie en la
crítica al socialismo real existente y alertó sobre la restauración del
capitalismo en los países europeos, todavía hoy algunos siguen considerando la
visión del Dr. Guevara de la Serna sobre lo que debía ser y lo que no
debía ser el socialismo, como idealista. Creo que tener esa valoración a estas
alturas solo es posible sobre la base del desconocimiento o la tergiversación
de la propuesta teórica y práctica del comandante Guevara de la Serna
sobre la transición socialista. Basta con leer el libro de Tablada para
entender cuanto realismo había en las propuestas del Dr. Guevara de la Serna.
Es realista que llega a plantear: “pensar que un país entero va a responder a
estímulos superiores teniendo hambre…., eso a mí me parece un sueño (…); hay
una cantidad de necesidades que son vitales, y ésas hay que satisfacerlas, si
no las satisfacemos, difícilmente podamos avanzar”. Pero para leer y entender
al Dr. Guevara de la Serna hay que hacerlo desde su visión totalizadora
del socialismo, donde no se pueden segmentar sus propuestas económicas, de la
ideología, la política y la educación/cultura. El Dr. Guevara de la
Serna tomó distancia tanto del idealismo voluntarista como del pragmatismo
economicista.
“El socialismo económico sin la moral marxista no me
interesa —expresaba el Comandante Guevara de la Serna —. Luchamos contra
la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”.
Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su
traducción en la mente. El llamaba a eso un “hecho de conciencia”. Si el Marxismo
descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja
de ser una moral revolucionaria”.
Y
es que para el Dr. Guevara de la Serna, como destaca el escritor Tablada:
“los éxitos económicos serían realmente tales en la medida en que, tanto por
sus resultados finales como por la manera en que fueran logrados, implicaran un
impulso decisivo a la formación de nuevas relaciones sociales más humanas y,
por tanto, de nuevas formas de conciencia social”.
Siendo
uno de los grandes humanistas del siglo XX al igual que el comandante
Fidel Castro Ruz, para el Comandante Guevara de la Serna siempre estuvo
claro que la meta fundamental no era solo crear una nueva sociedad como
antípoda de la sociedad capitalista, sino crear seres humanos distintos y que,
de hecho, era imposible llegar al comunismo si por el camino no se forjaba al “el
ser humano nuevo integral”. El Dr. Guevara de la Serna
colocaba al ser humano en el centro de toda su concepción del
socialismo, como actor consciente de la historia, y al factor subjetivo como la
palanca principal para crear nuevas realidades. El Dr. Guevara de la Serna no solo rechazaba al orden de
subordinación que realizaban algunos teóricos al subordinar el desarrollo de la
conciencia al “gradual aumento de los bienes de consumo para el pueblo”, sino
que incluso defendía el criterio que el desarrollo de la conciencia ayudaba a
que el individuo pudiera comprender, controlar y guiar los hechos económicos y
acelerar más la creación de la base económica en función del proyecto social.
A
lo largo de todo el libro de Tablada, se nos presenta a un Dr. Guevara de la
Serna enfrentado a la vulgarización más extendida del marxismo: el llamado
determinismo económico. Para el Dr. Guevara de la Serna no había
economía sin política, tampoco política sin economía, pero era fundamental que
la política fuera la que condujera a la economía y no viceversa. No desconocía
los límites impuestos por las condiciones objetivas, pero tampoco se
subordinaba a ellas. El Dr. Guevara de la Serna entendía que las
circunstancias hacen al ser humano, pero también éste es capaz de hacer
sus circunstancias. La herejía de la Revolución Cubana y del propio comandante
Fidel Castro Ruz, ante los supuestos imposibles históricos, habían sido
para él mejor ejemplo práctico.
Por
supuesto, eso no significa —y estoy seguro que nunca fue la intención de
Tablada— que estemos llamados a adoptar como camisa de fuerza las fórmulas en
el sistema de dirección económica que el Comandante Guevara de la Serna
ideo para un contexto muy particular, como era aquel de la Cuba de los años 60,
pero sí a profundizar en un pensamiento que aún tiene mucho que decirnos en las
circunstancias actuales para evitar que “los árboles nos impidan ver el
bosque”. Hay esencias en el pensamiento del Dr. Guevara de la Serna que
son y serán útiles para todos los tiempos, y en cualquier circunstancia de un
proyecto que pretenda convertirse en una alternativa real y superior al
capitalismo.
La
enseñanza del Comandante Guevara de la Serna, como también se desprende
de este libro, es que debemos incentivar siempre el pensamiento crítico y por
supuesto —si nos decimos revolucionarios
y marxistas—, no contentarnos solo con interpretar el mundo, sino
transformarlo. “¿Por qué pensar que lo que “es” en el período de transición,
necesariamente “debe ser?”. Es una pregunta que continuamente se hacía el Dr.
Guevara de la Serna y que debiera acompañarnos siempre para evitar el
anquilosamiento y las verdades eternas, y a que prevalezca la “creación
heroica” que proponía también ese gran marxista latinoamericano que fue Carlos
Mariátegui.
La
influencia que desempeñó el libro de Carlos Tablada en la política cubana de la
segunda mitad de los años 80, constituye una muestra ejemplar del papel que
pudieran —y están llamadas a desempeñar— las ciencias sociales en nuestro país
en la coyuntura actual, en tiempos de trascendentales cambios y
transformaciones en nuestra realidad económica, política y social. En un
momento en que se han multiplicado los diversos actores y estructuras que hoy
intervienen en nuestra economía, sigue teniendo gran vigencia el llamado que
hizo Tablada a partir de sus profundos estudios del pensamiento del Dr.
Guevara de la Serna: “La forma en que cada una de las nuevas estructuras
económicas e instituciones condiciona y se expresa en las motivaciones del individuo
corriente, resulta un aspecto vital que debe ser estudiado en cualquier ensayo
sobre el período de transición”.
El
libro de Tablada que es más que el pensamiento económico del Dr. Guevara de
la Serna, pues aborda su concepción amplia y sistémica del socialismo, nos
reafirma que el pensamiento y el ejemplo del Dr. Ernesto Guevara de la Serna
siguen siendo actuales y necesarios para encarar los viejos y nuevos
entornos subjetivos que vienen reproduciéndose en nuestro país —acompañados de
nuevas expectativas y paradigmas de éxito—, que se alejan del ideal de
socialismo al que aspiramos y por el que luchamos; para enfrentar además del
imperialismo y el capitalismo, al colonialismo cultural más sutil que nos
invade, ya sea en la educación, en el lenguaje, en las costumbres o en los
métodos. El Dr. Guevara de la Serna sigue convocándonos a combatir el
burocratismo, la corrupción, el derroche, las indisciplinas sociales, la doble
moral, la apatía y el derrotismo. El Comandante Guevara de la Serna
sigue motivándonos a que a contracorriente nos aferremos a lo mejor el
humanismo y a que junto al desarrollo de las fuerzas productivas desatemos las
fuerzas espirituales de la nación cubana. El Comandante Guevara de la Serna
sigue llamándonos a ser patriotas, solidarios e internacionalistas.
Este
es un libro pertinente para Cuba, pero también para toda la izquierda mundial,
en especial en Latinoamérica. Las derrotas que han sufrido los procesos
progresistas en América Latina y el Caribe, han demostrado que el cambio
revolucionario más trascendente y perdurable no está en lograr mejores patrones
de distribución, en crear nuevos consumidores, sino en forjar nuevos sujetos
para el cambio revolucionario, conscientes y protagonistas de las principales
transformaciones. Muchas de esas ideas ya fueron adelantadas desde el siglo
pasado por el Comandante Guevara de la Serna y podemos verlas
nítidamente en esta obra que presentamos hoy.
Fuente:
Cubadebate
Lo
subrayado es nuestro
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