lunes, 23 de noviembre de 2020

perdimos horizonte de la vida es preciso recuperarlo urgentementel llamado a volver al origen, a nuestras raíces territoriales y culturales, a corregir profundamente los rumbos que la Historia ha tomado Chaubloqueo museo Che Guevara Buenos Aires Toto

De: Jorge Araya [mailto:siemprepelusa@hotmail.com]
Enviado el: lunes, 23 de noviembre de 2020 10:04
Asunto: "Todo indica que hemos perdido el horizonte de la vida y es preciso recuperarlo urgentemente. Por eso, el llamado a volver al origen, a nuestras raíces territoriales y culturales, para corregir profundamente los rumbos que la Historia ha tomado..."

 

Compromiso desde la Amazonía: la Carta de Mocoa

 

 

Compromiso desde la Amazonía: la Carta de Mocoa

 

Enviado por aaarjona@nodo50.org

 

 Se trata de un…"documento que recoge las reflexiones y apuestas por la defensa y cuidado de la Amazonía, que hemos venido tejiendo, mambeando y construyendo colectivamente con comunidades, pueblos, procesos sociales y organizaciones de los nueve países de la Cuenca Amazónica…"

 

Es decir, la conclusiones y compromisos del Foro Social Pan Amazónico, que estaba acordado que se hiciera en Mocoa, Putumayo, Amazonía colombiana, pero hubo que realizarlo de forma virtual.

 

No por ello menos eficiente, en cuanto a análisis y propuestas. Aunque no es lo mismo estar, o no estar, físicamente en la Gran Selva o en sus inmediaciones.

 

La Carta de Mocoa recoge los sentires expresados en 14 preforos nacionales y locales, realizados en los nueve países que conforman Amazonia, y en 23 grupos de trabajo y siete plenarias, donde confluyeron activamente cientos de personas de la Amazonía y otros lugares del mundo.

 

Conviene recordar que este año especial ha habido otras iniciativas referidas a la Amazonía, como la campaña Amazonízate, la Asamblea Mundial por la Amazonía, en julio, impulsada por más de 500 agrupaciones amazónicas y pro Amazonia, que culminaba con un llamado a participar de las campañas de acción en defensa de la vida, o antes, en abril y mayo, la campaña liderada por el fotógrafo Sebastião Salgado y su compañera, la artista gráfica Lélia Wanick, o el cantante Sting, donde solicitaban ayuda específica a la Organización Mundial de la Salud para la protección de los pueblos aborígenes, debido a la amenaza del COVID-19, alertando sobre las políticas erradas del presidente Bolsonaro, frente al impacto de la pandemia del nuevo coronavirus en Brasil, y las invasiones de tierras indígenas que se han registrado durante ese gobierno, o que el propio 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, era 'sembrado' el obispo defensor de la Amazonía, don Pedro Casaldáliga.

 

Antes, habían fallecido el asturiano-chileno Luís Sepúlveda, que escribiera la hermosa referencia amazónica d' El viejo que leía novelas de amor, o Tiapuyama, don Antonio Bolívar, que fue uno de los últimos y mayores sabedores tradicionales de los pueblos Ocaina y Huitoto, miembro de la Escuela Indígena de Comunicaciones de la Amazonía, y actor en el Abrazo de la Serpiente, película nominada a los premios Óscar.

 

Pandemias de destrucción y quema se han cebado contra la Amazonía, y en respuesta organizativa se han reproducido encuentros y alianzas, como el propio Foro Social Pan Amazónico, que nos convoca, también, a contribuir a la defensa y protección de la Amazonía y de quienes la habitan.

Dicen en esa Carta de Mocoa que la defensa de la Selva pasa por aprender a convivir con ella, compartiendo comunitariamente sus formas propias de abrigo, alimento, economía, medicina y sabiduría ancestral, avanzando a relaciones de respeto e igualdad en las comunidades, erradicando toda forma de violencia.

 

Que esta fuerza vital no es comprendida ni compatible por la sociedad consumista y de ambición extractivista que, desde una visión acaparadora inaceptable, actúa sin importarle la destrucción de la Casa Común, como muestra de una descomposición de la especie humana, generada por sus formas explotadoras de relacionarse.

 

Que la incapacidad de las empresas y los Estados para proteger a la humanidad de la pandemia del COVID-19, ha puesto al descubierto el fracaso del modelo neoliberal y ha evidenciado, por el contrario, la profundización estructural de las brechas sociales, étnicas y de género de un desarrollo puesto en manos de lo privado por encima de lo público, que ha conducido a una alta concentración de la riqueza, atravesada, además, por la corrupción.

 

Que el confinamiento ha servido para intensificar los megaproyectos mineros y energéticos, de infraestructura y de expansión de la agroindustria y la ganadería extensiva. Esas medidas anuncian un tiempo de despojo extremo de los elementos vitales para la sostenibilidad física y cultural de todos los pueblos de la Amazonía, rurales y urbanos.

 

Resaltan los casos de Colombia y Brasil, donde son numerosos los asesinatos de cuidadores y cuidadoras de los territorios y la naturaleza.

 

Se proponen fortalecer la identidad amazónica y latinoamericana de los pueblos, como producto de un complejo intercambio que ha dado lugar a la diversidad cultural Amazónica.

 

Desde el principio de "naturaleza sana-pueblos sanos", proponen fortalecer su propio sistema de salud, basado en la medicina ancestral y el reconocimiento de aspectos culturalmente apropiables de la salud occidental.

 

Fortalecer, también, la educación comunitaria, los sistemas propios de comunicación, la Declaración de Derechos del Campesinado, el Convenio 169 de la OIT, y promover la soberanía energética, hídrica y alimentaria en los territorios de la Amazonía, como expresión de la gestión comunitaria del territorio, con participación activa de las mujeres y las juventudes.

 

Quieren impulsar la transición energética democrática justa y popular hacia el uso comunitario y público de energías limpias, haciendo de la producción, acceso y disfrute de la energía un derecho de los pueblos.

 

Van a comprender, acoger y expandir las iniciativas de gobierno comunitario basadas en los principios de vida y ley de origen como guía para el buen/bien vivir, en armonía con la Amazonía.

 

También, construirán escenarios de justicia ambiental y popular, para la reivindicación y legitimación de sus gobiernos comunitarios.

 

Y se han comprometido a "seguir Tejiendo Amazonía para el Buen Vivir", impulsando la vigilancia y monitoreo ambiental participativo y el mapeo socio territorial, desde las organizaciones locales, para el seguimiento a los conflictos que genera el extractivismo, la mega infraestructura y la agroindustria, y prevenir la afectación de derechos.

 

Van a impulsar una Declaración Universal sobre los derechos de los ríos y la intangibilidad de las cabeceras de cuencas, fuentes de agua y bosques en los territorios de la Amazonía, para evitar, así, los impactos negativos de las actividades extractivas, agroindustriales, hidroeléctricas e hidrovías transnacionales.

 

Y, también, impulsarán el Tribunal de Justicia sobre los Derechos de las Mujeres Amazónicas Andinas y sus Sentencias, para hacer visibles las luchas de las mujeres, denunciar la violencia racista, machista y explotadora y exigir justicia y reparación para las víctimas.

 

Van a apoyar estrategias jurídico-políticas nacionales e internacionales, para exigir responsabilidades directas de las empresas e instituciones financieras frente al cumplimiento de los Derechos Humanos (como el "tratado vinculante", que se está debatiendo en la ONU), y se comprometen en campañas y demandas internacionales en la búsqueda de sanciones legales y sociales contra corporaciones violadoras de los Derechos Humanos.

 

 En fin… planes de vida, compromiso con la vida y la Naturaleza, y nos llaman a fortalecer la gran alianza de la diversidad de pensamientos y formas de hacer, por la defensa y el cuidado de la Amazonía.

 

Enlaces relacionados:

 

http://www.miradoriu.org/spip.php?article856

 

https://www.facebook.com/soldepachakuti

 

También, editado en

 

http://educacionyeconomiasocial.ning.com/profiles/blogs/compromiso-desde-la-amazon-a-la-carta-de-mocoa

 

 

La Carta de Mocoa

IX FOSPA 2020

 

Compartimos la Carta de Mocoa, documento que recoge las reflexiones y apuestas por la defensa y cuidado de la Amazonía que hemos venido tejiendo, mambeando y construyendo colectivamente, con comunidades, pueblos, procesos sociales y organizaciones de los nueve países de la Cuenca Amazónica, en este andar colectivo desde Tarapoto, en el año 2017, hasta nuestro reciente IX Encuentro Internacional Virtual del Foro Social Panamazónico – FOSPA.

 

La Carta de Mocoa recoge los sentires expresados en 14 preforos nacionales y locales realizados en la Cuenca, como antesala al IX FOSPA, así como lo trabajado con amor y compromiso durante los días 12, 13, 14 y 15 de noviembre del presente año, en 23 grupos de trabajo y siete plenarias, donde confluimos y participamos activamente cientos de personas de la Amazonía y otros lugares del mundo.

 

A TODOS QUIENES PARTICIPARON Y LO HICIERON POSIBLE: ¡MUCHAS GRACIAS!

 

 

https://www.forosocialpanamazonico.com/

 

https://www.facebook.com/FospaOficial

 

 

Rio Huallaga. Tarapoto. Delta del Amazona Macapá. El VII FOSPA, en 2014, se hizo en Macapá (Brasil), en el Delta del Amazonas fin del recorrido del Río Amazonas. El VIII FOSPA, en Tarapoto a orillas del Río Huallaga (Perú), uno de los inicio del recorrido del Río Amazonas. El IX FOSPA en Colombia. DE MACAPÁ A TARAPOTO y DE TARAPOTO a COLOMBIA. VIII FOSPA. VII FOSPA. IX. FOSPA. IX FOSPA.

 

 

CARTA DE MOCOA

 

Volvamos a la tierra: llamado a la unidad de los pueblos para entretejer los caminos hacia una vida digna en la Amazonía

 

Con el permiso de las ancestras y los ancestros, mayores y mayoras, sabedores y sabedoras; desde el IX Encuentro Internacional del Foro Social Panamazónico - FOSPA, dirigimos estas palabras para que resuenen en el sentir de quienes habitamos y nos relacionamos con la Amazonía.

 

Desde el Derecho Mayor que nos convoca a vivir dignamente en la diversidad indígena, campesina, negra, ribereña, urbana, de géneros y edades; llamamos a sentirnos desde las espiritualidades, mirarnos hacia adentro, fortalecer nuestros vínculos y sanar las heridas de nuestro territorio y cuerpo, para ganar la fuerza interior, la unidad que como pueblos requerimos para la comprensión y el accionar conjuntos en el cuidado y defensa de la Amazonía.

 

LA ESPERANZA PARA LA AMAZONÍA

 

Es el tiempo de volver a nuestros orígenes y planear la vida con nuestras propias visiones, espiritualidades y con nuestras propias manos. Las empresas y los gobiernos corporativistas mantienen una organización estatal subordinada al modelo de desarrollo del capital, con una visión neoliberal de saqueo de los bienes de la madre tierra, quien es la salvaguardia para la pervivencia y el buen vivir de los pueblos aquí asentados.

 

Esta apropiación abusiva y violenta desconoce los pobladores, hombres y mujeres, de los territorios amazónicos y atropella los derechos humanos y los de la naturaleza. Los Estados que dicen representar los intereses de la ciudadanía, pero ponen nuestro patrimonio y nuestro trabajo en manos de los negocios transnacionales, son Estados traidores y criminales.

 

El ecosistema amazónico es una selva de interacciones complejas y sabiduría natural, con expresiones mega biodiversas, naturales y culturales, desde los Andes hasta el Atlántico.

 

La defensa de la Selva pasa por aprender a convivir con ella, compartiendo comunitariamente sus formas propias de abrigo, alimento, economía, medicina y sabiduría ancestral, avanzando a relaciones de respeto e igualdad en nuestras comunidades, erradicando toda forma de violencia.

 

Esta fuerza vital no es comprendida ni compatible por la sociedad consumista y de ambición extractivista quien, desde una visión acaparadora inaceptable, actúa sin importar lela destrucción de la casa común, como muestra de una descomposición de la especie humana, generada por sus formas explotadoras de relacionarse.

 

Aprenderemos a vivir bien, consolidando comunidades autónomas con una ética sencilla: la de la vida, y sus manifestaciones amazónicas particulares; con procesos de sobrevivencia y convivencia compatibles con ella, sabiendo que la defensa de la selva amazónica contribuye a la conservación de la vida en el planeta. Hoy, soportamos una crisis ambiental, social y política que va en contravía de ese destino natural.

 

La incapacidad de las empresas y los Estados para proteger a la humanidad de la pandemia del COVID-19, puso al descubierto el fracaso del modelo neoliberal y ha evidenciado, por el contrario, la profundización estructural de las brechas sociales, étnicas y de género de un desarrollo puesto en manos de lo privado por encima de lo público, que ha conducido a una alta concentración de la riqueza atravesada, además, por la corrupción.

 

En medio de la intensificación de la crisis climática y sanitaria que golpea, especialmente, a la gente empobrecida, las mujeres y los pueblos indígenas, los gobiernos han aprovechado para dictar políticas de "recuperación económica" que benefician abiertamente a los grupos financieros y empresariales.

 

El confinamiento ha servido para intensificar los megaproyectos mineros y energéticos, de infraestructura y de expansión de la agroindustria y la ganadería extensiva. Esas medidas anuncian un tiempo de despojo extremo de los elementos vitales para la sostenibilidad física y cultural de todos los pueblos de la Amazonía, rurales y urbanos.

 

Ese modelo se impone recurriendo, cada vez más, a gobiernos de corte dictatorial, para intentar desarticular, desde estrategias estatales y paraestatales, los procesos de resistencia de los pueblos al saqueo y la desterritorialización, pisoteando los derechos a la protesta social y la oposición política.

 

Hoy, vivimos los casos de Colombia y Brasil donde son numerosos los asesinatos de cuidadores y cuidadoras de los territorios y la naturaleza, así como la situación en Venezuela, donde su pueblo ha sido sometido a medidas coercitivas unilaterales desde el plano internacional.

 

Pero, también, vemos con preocupación cómo la élite corrupta del Perú, liderada por grupos económicos y políticos ultraconservadores, intentó tomarse por asalto las riendas del poder para impedir el ascenso de los movimientos alternativos a costa de las libertades, la democracia y los derechos humanos, cobrando la vida de dos jóvenes.

 

Todo indica que hemos perdido el horizonte de la vida y es preciso recuperarlo urgentemente. Por eso, el llamado a volver al origen, a nuestras raíces territoriales y culturales, para corregir profundamente los rumbos que la Historia ha tomado, particularmente en la Amazonía.

 

Avanzar hacia la Amazonía que queremos, implica el compromiso de todas y todos con darle desarrollo a los siguientes mandatos que este IX FOSPA ha planteado.

 

Pueblos y culturas en identidad Amazónica

 

Fortalecer la identidad amazónica y latinoamericana de los pueblos como producto de un complejo intercambio que ha dado lugar a la diversidad cultural Amazónica. Promover el reconocimiento de los países como una diversidad territorial que incluya lo amazónico.

 

Defender la decisión de los Pueblos en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial (PIACI) y la intangibilidad de los territorios ocupados por ellos.

 

Reconocer y proteger los mayores y mayoras de nuestros pueblos indígenas, campesinos y negros como garantes de la sabiduría ancestral y la memoria cultural, frente a la mercantilización de nuestros conocimientos.

 

Desde el principio de naturaleza sana-pueblos sanos, nos proponemos fortalecer nuestro propio sistema de salud basado en la medicina ancestral y el reconocimiento de aspectos culturalmente apropiables de la salud occidental.

 

Desarrollar la educación comunitaria intercultural como expresión del respeto y tejido de las culturas en la construcción de una ciudadanía plurinacional como pueblos amazónicos.

 

Trabajar por la integración de los pueblos, la transformación de nuestros conflictos territoriales e interculturales y de relaciones equitativas entre lo rural y lo urbano.

 

Replantear el proceso de urbanización hacia ciudades con enfoque amazónico, que reconozcan las territorialidades de pueblos y culturas amazónicas en ellas. Implica, también, la adopción del enfoque amazónico en el sistema educativo, que forme conciencias y prácticas amazónicas en la niñez y la juventud.

 

Territorios y caminos de vida

 

Promover la soberanía energética, hídrica y alimentaria en los territorios de la Amazonía, como expresión de la gestión comunitaria del territorio, con participación activa de las mujeres y las juventudes.

 

Impulsar la transición energética democrática justa y popular hacia el uso comunitario y público de energías limpias, haciendo de la producción, acceso y disfrute de la energía un derecho de los pueblos de la Amazonía.

 

Fortalecer y promover las economías transformadoras como culturas de vida que contribuyan a poner en práctica relaciones de convivencia armónica con la Amazonía.

 

I Impulsar economías locales o vecinales y la integración en un mercado autónomo con reglas de intercambio comunitarias y solidarias.

 

Promover la agroforestería ecológica, la agricultura familiar campesina y la gestión comunitaria de la selva y los bosques, para la seguridad y soberanía alimentaria.

 

Autonomía y gobierno propio

 

Comprender, acoger y expandir las iniciativas de gobierno comunitario basadas en los principios de vida y ley de origen como guía para el buen-bien vivir en armonía con la Amazonía.

 

Valorar el mestizaje y el mulataje como parte integral de la construcción social del territorio andino-amazónico.

 

Fortalecer nuestras organizaciones en el reconocimiento y respeto del derecho a la autodeterminación de los cuerpos y territorios de las mujeres, garantizando nuestro compromiso de involucrarnos en la erradicación de todo tipo de violencia contra ellas en nuestras prácticas familiares y comunitarias, como parte de la desarticulación del sistema capitalista y patriarcal.

 

Promover la articulación de la diversidad de procesos organizativos presentes en las comunidades indígenas, campesinas, negras y urbanas, de las mujeres, las juventudes, la niñez y demás asociaciones de diversos sectores, en el campo y la ciudad.

 

Ordenar/armonizar los territorios amazónicos con base en la vida del agua, sus ciclos y cursos naturales, como una forma de hacer frente a los planes de ordenamiento empresariales y gubernamentales.

 

Cohesionar el tejido social y comunitario para curarnos de las prácticas corruptas en nuestros procesos y liderazgos, y bloquear esa influencia por parte de las empresas y los gobiernos estatales en nuestros territorios.

 

Fortalecer las experiencias de guardia indígena, campesina y afro como protectoras de la Amazonía y de los procesos comunitarios.

 

Construir escenarios de Justicia Ambiental y Popular para la reivindicación y legitimación de nuestros gobiernos comunitarios.

 

Continuar y fortalecer el paso en los anteriores caminos-horizontes requiere de la voluntad unitaria de toda la diversidad de iniciativas que trabajan en el cuidado integral de la Cuenca.

 

En ese andar, seguiremos tejiendo la Amazonía para el buen vivir y nos convocamos, entonces, a impulsar la articulación de propósitos y experiencias alrededor de las Iniciativas de Acción, cuyas agendas en su conjunto plantean adelantarlas siguientes tareas:

 

Impulsar procesos de investigación-acción participativa sobre las realidades del sistema energético, alimentario, educativo, de la salud y el agua en la Amazonía, así como de las vidas comunitarias, para darle más fundamento a nuestras alternativas.

 

Impulsar la vigilancia y monitoreo ambiental participativo y el mapeo socio territorial desde las organizaciones locales para el seguimiento a los conflictos que genera el extractivismo, la mega infraestructura y la agroindustria, y prevenir la afectación de derechos.

 

Promover las escuelas de intercambio, formación e investigación en sistemas productivos sostenibles en la Amazonia.

 

Impulsar la Declaración Universal sobre los Derechos de los Ríos y la intangibilidad de las cabeceras de cuencas, fuentes de agua y bosques en los territorios de la Amazonía, para evitar, así, los impactos negativos de las actividades extractivas, agroindustriales, hidroeléctricas e hidrovías transnacionales.

 

Exigir que ningún territorio Amazónico sea declarado Distrito Minero, se respete su condición de Sujeto de derechos como lo reconocen las normas nacionales e internacionales de protección y cuidado de la Amazonía.

 

Crear estrategias para el reconocimiento de los derechos territoriales, culturales y económicos del campesinado, como sujeto social que aporta al cuidado y sostenimiento de la vida en la Amazonía.

 

Impulsar el Tribunal de Justicia sobre los Derechos de las Mujeres Amazónicas Andinas y sus Sentencias, para hacer visibles las luchas de las mujeres, denunciar la violencia racista, machista y explotadora y exigir justicia y reparación para las víctimas.

 

Propiciar que hombres y mujeres integren en su cotidiano las dinámicas del cuidado del hogar como una forma de crear condiciones para la participación política de las mujeres.

 

Desarrollar estrategias jurídico-políticas nacionales e internacionales para exigir responsabilidades directas de las empresas e instituciones financieras frente al cumplimiento de los Derechos Humanos.

 

Impulsar campañas y demandas internacionales en la búsqueda de sanciones legales y sociales contra corporaciones violadoras de los Derechos Humanos.

 

Exigir a los Estados la ratificación e implementación participativa del Acuerdo de Escazú para la protección de la naturaleza, sus defensoras y defensores.

 

Impulsar acciones que promuevan la conciencia ambiental de las sociedades y exijan a los Estados el reconocimiento de los derechos de la naturaleza.

 

Avanzar en la articulación de las diversidades en procesos comunicativos que, en una perspectiva comunitaria y democratizadora, reconozca y amplifique las luchas y experiencias de los pueblos de la Amazonía y, desde sus necesidades, saberes ancestrales y construcciones colectivas fortalezcan la disputa por el campo electromagnético, digital y de software para el desarrollo cualificado de sus apuestas.

 

Promover los planes de vida y el ordenamiento territorial desde nuestras propias visiones, en oposición al modelo de desarrollo extractivista y consumista del capital.

 

Construir estrategias políticas, sociales, jurídicas para la exigibilidad y garantía de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos frente a las actividades de las empresas que invaden nuestros territorios y los sitios sagrados.

 

Exigir a los Estados la ratificación y aplicación integral del Convenio 169 de la OIT y de la Declaración sobre los Derechos del Campesinado.

 

En general, que se establezcan mecanismos de consulta frente a cualquier tipo de proyecto que involucre los derechos territoriales de las comunidades.

 

Acoger la fecha del 22 de septiembre como el Día de la Movilización por los Derechos de los Pueblos Indígenas Amazónicos, y la del 5 de septiembre como Día de la Mujer Indígena Latinoamericana.

 

Denunciar el modelo económico del capital como generador principal de la crisis climática y ambiental, sus falsas soluciones de 'economía verde', y reconocer el cuidado ancestral de los pueblos amazónicos y la necesidad de nuevos modelos energéticos, alimentarios y de aprovechamiento de las fuentes hídricas.

 

Impulsar las nuevas Iniciativas de Acción surgidas en el desarrollo de este IX FOSPA, como las de Transición Energética, Gobierno comunitario y soberanía amazónica, Biodiversidad amazónica y comunal.

 

De esta manera, los pueblos amazónicos y andinos reunidos en el IX FOSPA reafirmamos nuestro compromiso con la vida y la Naturaleza, y llamamos a fortalecer la gran alianza de nuestra diversidad de pensamientos y formas de hacer, por la defensa y el cuidado de la Amazonía; con la guianza de los pueblos ancestrales, el diálogo de saberes y la armonía con todos los seres que aquí habitamos.

 

La invitación es a tejernos en estos caminos del Buen Vivir, y en ese andar de la palabra ir profundizando nuestros sueños comunes e ir tramitando nuestras diferencias.

 

Gracias a la participación activa de hermanos y hermanas de distintos lugares del mundo, principalmente de los nueve países de la Amazonía: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela, Surinam, las Guyanas y Colombia, con Mocoa –Putumayo– como corazón del IX Foro Social Panamazónico, realizado del 12 al 15 de noviembre de 2020, damos por cumplidas gran parte de las metas de la Carta de Tarapoto, y proyectamos las líneas de desarrollo de la siguiente etapa de este proceso iniciado hace 18 años, en Santarém, a orillas del Río Amazonas, en Brasil.

 

El trayecto que continuamos camino al X FOSPA tiene muchas razones para que el encuentro se multiplique en los territorios de la Amazonía, denunciando los conflictos y, especialmente, potenciando las alternativas.

 

Finalmente, desde esta chagra de la vida, expresar los sentimientos de solidaridad de este IX Encuentro Internacional a todas las manifestaciones libertarias de los pueblos en Perú, Colombia, Brasil y Venezuela, que en este momento hacen frente a las agresiones a la vida y la libre autodeterminación.

 

¡POR LA VIDA DEFENDEMOS LA AMAZONÍA!

 

Noviembre 15 de 2020

 

 

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