sábado, 7 de septiembre de 2019

Atilio Boron Cuba Fidel Castro y los niños de Ucrania Chernobyl Vargas Llosa Rey de la derecha anciana Hechicero de ignorantes museo Che Guevara de Buenos Aires

Conversando con Atilio Borón


Por Graciela Ramírez, Corresponsalía Resumen Latinoamericano – Cuba
Fotos Yaimi Ravelo


Entablar diálogo con Atilio Borón siempre constituye un privilegio. Este gran maestro argentino de las ciencias sociales y la filosofía, analista científico del marxismo, excelente escritor y ensayista, amigo de Fidel Castro y Hugo Chávez, de elevadísima cultura, elegancia natural y fino humor, de risa franca y noble, en lugar de encumbrarse cómodamente como intelectual optó por los pobres de la tierra, poniendo su capacidad y energías al servicio del compromiso con las causas más justas. 
Ardua e incansable tarea en la que es requerida su presencia tanto en Argentina, como en América Latina y Europa. Es el infaltable orador en eventos internacionales donde ha puesto al desnudo la voracidad y el carácter criminal del imperialismo y el capitalismo, y el ser humano que siempre dedica parte de su escaso tiempo a escuchar y conversar. Logra especial impacto y cercanía entre los jóvenes, sólo en la red social twitter cuenta con 65,5 mil seguidores. Columnista de diversos medios y brillante conferencista. 
No se puede hablar de las ciencias sociales en América Latina sin remitirnos de inmediato a Borón, una de las personalidades más relevantes por su labor docente e investigativa. Resumen Latinoamericano tuvo la oportunidad de dialogar con él a finales de julio, horas antes de su regreso a Buenos Aires, luego de ofrecer una conferencia magistral en la Universidad Central de las Villas, en la entrañable ciudad de Santa Clara.




GR: El último de sus libros El hechicero de la tribu, atrae no sólo por el sugerente título, sino porque el tema central es el laureado escritor peruano Mario Vargas Llosa. ¿Qué proyección internacional ha suscitado y cuáles fueron las razones que lo motivaron?

AB: Primero déjame hacer una aclaración un poco optimista, pero no es mi último libro, es mi más reciente libro (risas). Espero seguir escribiendo libros y este, sí, es cierto, lo acabo de terminar de publicar. En Cuba se presentó la primera edición en la Feria del Libro de este año 2019.Un mes después apareció la edición en España, enseguida en México y Argentina, luego en Chile y Perú; y se está preparando la edición en Bolivia y Brasil, que deben estar listas en octubre. Hay interés en hacer una edición en inglés y otra en francés. No me he podido ocupar demasiado, para eso uno tiene que hacer como Vargas Llosa que tiene una agente literaria, pero bueno, yo no tengo eso.
La verdad es que el libro ha tenido una muy buena acogida. No por la prensa hegemónica que lo ha ignorado totalmente. Eso era de suponer, yo no esperaba que la prensa de derecha de América Latina o la de España le dedicaran una página, no. De todas maneras el libro se está vendiendo muy bien, los editores están muy contentos. Autorizaron una edición en Venezuela, que es un problema muy serio por la difícil situación económica debida al brutal bloqueo y las sanciones de EE.UU, pero se logrará.
Ahora, la gran pregunta que todo el mundo me hace: ¿por qué perder el tiempo con Vargas Llosa? La respuesta: Vargas Llosa es el más formidable divulgador del pensamiento liberal a escala mundial, no solamente para el mundo latinoamericano o hispanoparlante. Sus ideas circulan por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, y otros países. El hombre tiene una enorme capacidad de intervención política, de las envidiables, alguien que ya pasó fácilmente los ochenta años y sin embargo lo vemos muy, muy activo, interviniendo siempre del lado de la derecha imperialista, en eso no se equivoca nunca.
Y a mí me interesaba mucho escribir este libro, porque ahí se expondrían las raíces profundas que avalan su sentimiento, su pertenencia a la corriente liberal y se presentarían a los que según él fueron sus mentores intelectuales, los hombres y las mujeres que lo condujeron del marxismo sartreano, a la francesa, en sus años jóveneshacia el liberalismo ya en su madurez.
Sin dudas, Vargas Llosa no es un pensador que viene de la derecha, sino que viene de la izquierda, razón por la cual uno lo toma tan en serio, lo ve con tanta preocupación. En cuanto triunfa la Revolución cubana, él la adhiere de inmediato y con un fervor impresionante. Estuvo en La Habana y participó en reuniones en Casa de las Américas, en el comité editorial de la revista de esa institución y tuvo una actuación muy destacada en ese mundo. Si bien alejado de la Revolución cubana desde 1968 como se demuestra en mi libro, permaneció fiel a este proceso revolucionario hasta mediados del ´71, aún luego del caso Padilla, cuando muchos intelectuales desertaron de la Revolución cubana, como ya lo habían hecho otros en el ´68 y ´69, algunos de ellos molestos con Fidel porque apoyó a la invasión a Checoslovaquia. Los hechos posteriores, demostraron que Fidel estaba en lo cierto y que sus críticos habían subestimado por completo el accionar del imperialismo y sus planes para desintegrar a la Unión Soviética y el campo socialista
En ese sentido, creo que toda esta preocupación por fundamentar su liberalismo en piedra sólida, muy fuerte, hace que su libro La llamada de la tribu, al cual yo critico, sea fundamental para él. Es el tercer libro autobiográfico de Vargas Llosa. El primero, La tía Julia y el escribidor, un poco narra sus peripecias amorosas y su anómalo casamiento con su tía más vieja, mayor que él. El segundo libro es El pez en el agua, donde también hace toda una recopilación de sus ensayos políticos. Pero en el tercero dice en qué se fundamenta y quiénes son sus mentores: Adam Smith, Popper, Von Hayek, Raymond Aron, Isaih Berlín, Jean Francois Revel, Ortega y Gasset, los siete sabios que lo llevan de la mano del marxismo al liberalismo. 
En el libro lo llamo El hechicero porque en sus planteamientos sostiene que el capitalismo hoy nos da las posibilidades a todos de salir de la pobreza, de la ignorancia, del atraso. Y que si no lo hacemos es porque quedamos pegados a las costumbres tradicionales, a las visiones convencionales, al saber establecido, a la dictadura de las costumbres, de la tradición, de los jefes, del caudillismo. 
En el caso de los países latinoamericanos habla pestes del caudillismo. Y dice, aquel que se atreve y puede romper esa inercia que lo lleva a refugiarse en la falsa seguridad de la tribu, el que lo hace, el país que lo hace, la sociedad que lo haga, el hombre y la mujer que lo hagan tienen el éxito asegurado y pone como ejemplo ‘la Inglaterra de Margaret Thatcher’. Incluso, él cuenta en su libro y yo lo tomo porque es un dato muy importante, que uno de los elementos fundamentales de su conversión al liberalismo fue una cena que tuvo junto a otros intelectuales, con Margaret Thatcher.
Quedó muy claro para él que ella era una genuina liberal, que creía muy profundamente en la mano invisible del mercado y que eso hizo que ese país abandonara la situación de atraso, de desprestigio que tenía producto de las políticas de nacionalizaciones, del colectivismo, del seguro nacional de salud, del servicio nacional, producto de aquello que eran rémoras de un pasado que tenía que ser dejado a un lado y que cuando ella se atrevió y rompió con las nacionalizaciones, abrió las privatizaciones y desreguló la economía, Inglaterra se convirtió, según él por supuesto, en la sociedad más vibrante de Europa y dice, América Latina tiene que hacer lo mismo.
Hace el papel de un hechicero, con sus malas artes, artes muy sofisticadas, porque es un gran escritor, no vamos a confundirnos en eso, no es un escritor mediocre, es un enorme escritor, pero puesto al servicio del mal. 
Por eso esto abre un cúmulo, un abanico de preguntas y de interrogantes sobre el papel de los intelectuales, sobre por qué algunos intelectuales de izquierda luego se pasan a la derecha, cuál es el dispositivo…
En el caso de Vargas Llosa yo arriesgo una hipótesis de que, contrariamente a lo que se dice, no fue por el dinero. A Vargas Llosa se le atrae por la inmensidad, el tamaño inmenso de su ego, en momentos en que los intelectuales de la derecha, las instituciones de la derecha lo comienzan a aupar, a proteger, a premiar, a distinguir, etcétera, él poco a poco se va identificando con ellos, en un proceso que, repito, recién comienza a consumarse a mediados de la década de los setenta. Lo que yo cito que declara en junio del ’71 a favor de la Revolución cubana, no lo sabe nadie, no es de esa derecha tipo Enrique Krauze en México, o Santiago Kovadloff o Marcos Aguinis en la Argentina, que fueron siempre de derecha.
Este es un caso diferente, una persona muy inteligente y de izquierda, que desgraciadamente se nos bandeó para el otro lado y con sus intervenciones públicas moldea la opinión pública mundial. Cuando Vargas Llosa sale a pegarle fuerte a Andrés Manuel López Obrador, cuando apenas se insinuaba que podía ser candidato, está sirviendo de una manera notable al imperio para crear una opinión muy en contra sobre el hoy presidente de México. O cuando fulmina a Cristina, a Lula, a Dilma y por supuesto a Fidel y a Raúl, a todos, está cumpliendo una función ideológica que tiene que ser enfrentada con esa famosa batalla de ideas que Fidel tantas veces reclamaba a nosotros los intelectuales. Tenemos que librar esa batalla.

GR: A esta refutación científica, política, detallada que hace en el libro ¿él no ha respondido de manera pública o privada al debate?

AB: No, hasta ahora no, inclusive estamos viendo si hay posibilidades de que en la Feria del Libro de Guadalajara haya una mesa donde estemos él y yo para decirle lo que yo pienso de su obra. Pedí a la Editorial que le obsequiara un libro de mi parte. No es un libro de insultos ni peyorativo. Es un libro que trata con mucho respeto y al mismo tiempo, con una gran distancia, la interpretación de él.
He tratado, pero por momentos te confieso no estoy seguro si lo logré, porque la rabia que me da haber escrito ese libro sobre un hombre que tergiversa con tanta habilidad algunas de las veces, cómo miente y ahí le digo ‘usted en El Pez en el agua y en otros libros señaló que la tarea de un escritor es hablar sobre mentiras que parezcan verdades, el problema es cuando usted lo aplica a los ensayos de interpretación de la realidad latinoamericana, también expresa mentiras que parecen verdades y hacen mucho daño. O cuando, hay momentos en que yo pienso en su adhesión al imperialismo norteamericano totalmente acrítica, pero con ciertos rasgos incluso de ingenuidad, lo marco en el libro. Por ejemplo, él tiene dos eventos fundamentales que a principios de los ochenta ya lo inclinan definitivamente al liberalismo, una, la cena famosa con Margaret Thatcher junto con Hugh Thomas, muy conocido anticastrista, ¡tremendo el hombre! La otra fue un almuerzo al que asistió, junto a otros intelectuales, con Ronald Reagan. 
Ahí empezó esta idea de este Vargas Llosa, de repente como desarmado porque le pregunta nada menos a Ronald Reagan si había leído a Hemingway o a Edmundo Pasos o a William Faulkner. Reagan, que era un hombre de una pobrísima formación intelectual, que ya en la campaña electoral había dicho que lo único que había leído eran las historietas de cowboys y los guiones de las películas donde siempre desempeñaba papeles de segunda categoría, porque nunca tuvo un rol protagónico. De todas maneras la imagen de él es tan grandecon Reagan, que le lleva a hacer esas preguntas absurdas a una persona que todo el mundo sabía que no leía nada.
Pero qué afirmó: Reagan no era un hombre versado en las ideas más profundas del liberalismo como me dio la impresión que tenía la señora Margaret Thatcher, pero tenía una formidable intuición y un empuje y un coraje que lo llevó a destruir la mayor amenaza contra la democracia que efectivamente fue la Unión Soviética Esto te lo pinta así de cuerpo entero y es lo que hace merecedor de un esfuerzo para ponerle los puntos sobre las íes capítulo tras capítulo, demostrándole los errores y tergiversaciones que hay en cada uno de ellos.
Algunos errores de interpretación, por ejemplo, lo que hace con Adam Smith es un crimen de lesa racionalidad, porque Adam Smith no piensa lo que dice Vargas Llosa ni los liberales que defiende. Adam Smith creía que el Estado tenía roles fundamentales que desempeñar, lejos de la idea de confiarlo todo a la mano invisible. Yo lo conozco muy bien y, además, hay quienes se han dedicado a estudiar más a fondo que yo el tema de Adam Smith y todo el mundo coincide en que hay solamente dos ocasiones en las cuales Adam Smith habla de ‘la mano invisible’. Fue una vez en un libro, Teoría de los sentimientos morales, y en La riqueza de las naciones, porque era una metáfora que él utilizaba, pero esa canalla mediática e ideológica de derecha del liberalismo hizo la mano invisible como el principio fundamental, en el cual Adam Smith no creía.
Yo en el libro hago una cita, hay dos páginas dedicadas a eso con citas de Adam Smith, demostrando que Smith creía que el Estado tiene que jugar un papel fundamental para proteger a los pobres y a los demás débiles. Este no es el liberalismo que predica Vargas Llosa y le dice, no, el Estado es el problema y tiene que retirarse. Esa tergiversación, lo mismo que el trabajo de interpretación que él hace, de exaltación de Von Hayek, por ejemplo, que fue uno de los ideólogos del pinochetismo, la crítica que él hace sobre aquellos que desconfían de los mecanismos del mercado fundándose en los análisis de Von Hayek, que dicen que el mercado operando por si solo es distribuidor de la riqueza y presenta datos de Estados Unidos que no son de un período suficientemente largo, porque si algo hizo el libre mercado en Estados Unidos, que nunca fue del todo libre, menos mal, fue simplemente concentrar la riqueza, Después de un siglo, al año 2015 la distribución de la riqueza, el 10% más rico en Estados Unidos sigue teniendo la misma riqueza que un siglo atrás.
Todos los avances sociales, la legislación social, el período de Roosevelt, el período de Keynes no tuvieron ningún efecto, a la larga ha sido una sociedad profundamente desigual, sólo que ahora con las clases medias mucho más revitalizadas que antes. Pero él escamotea todos los datos, da una imagen absolutamente idílica de Estados Unidos, que yo desmonto aquí.
GR: Además del odio que ha destilado Vargas Llosa contra la Revolución cubana y cualquier gobierno progresista de la región ¿qué le pagó la corona española cuando le otorgó el título nobiliario de marqués?
AB: Le pagó los enormes servicios que él le ha prestado a la corona española, a la política de la derecha española, incluyendo a Felipe González, con quien apenas hace tres o cuatro días sacó una declaración terrible propiciando ya directamente la destitución de Nicolás Maduro en Venezuela a través de un golpe militar. Vargas Llosa es un hombre que hace 25 ó 30 años está al servicio de los peores intereses imperiales y sobre todo en España, porque de alguna manera ese país es el centro de irradiación de todos estos valores, estos proyectos.
Él dice que el expresidente José María Aznar ha sido uno de los grandes estadistas de España. Hablaba no sólo de los españoles, también de los que viven en el Estado español como los vascos, los catalanes, todos aquellos que repudian a Aznar como un ser miserable que los engañó, los llevó a la guerra de Irak que terminó produciendo el enorme atentado terrorista perpetrado en la estación de trenes Atocha. Sin embargo, para Vargas Llosa Aznar ha sido uno de los grandes dirigentes de España y estadista y dice: los españoles le deben todavía su gratitud a un gran estadista español.
Un hombre que siempre estuvo del lado de estos gobiernos de derecha, al lado de la monarquía, si bien no se declaró abiertamente monárquico en las palabras, pero en los hechos lo es. Y la impresión que uno tiene es que la derecha evidentemente supo recompensarlo muy bien, primero con honores, luego con mucho dinero. Hoy es una figura consular, decisiva en el mundo hispano parlante y desde su columna de El País, lo que él escribe se publica por lo menos en trescientos periódicos de ciudades capitales, de provincias de América Latina y el Caribe, aparte de lo que se publica en Reino Unido, en Estados Unidos, en Canadá, y en Europa. 
Es hoy el gran intelectual que tiene el liberalismo, porque el anterior era Milton Friedman de Estados Unidos, murió ya hace mucho tiempo y además Friedman tenía una llegada que era, para nosotros en América Latina, mucho menor, era un hombre que no tenía la resonancia de este. Cuando hablas de Vargas Llosa todo el mundo te dice que se trata del ‘gran escritor’ y evidentemente lo es, pero también es un gran canalla que se puso al servicio de los peores intereses de América Latina y lo hizo con tremenda maestría, con un manejo del lenguaje envidiable.  
GR: Atilio, siempre está rodeado de jóvenes, no solo por su labor docente y las conferencias en distintas Universidades, sino por su colaboración con instituciones como el Espacio de la Fraternidad Argentina-Cubana –EFAC-. ¿Sigue colaborando con ellos?
AB: Hace un par de años un grupo de amigos jóvenes, muchos de ellos estudiantes y discípulos, interesados en promover la difusión del papel que Cuba ha tenido en la solidaridad internacional, ya que se conoce muy poco, tomamos varias iniciativas importantes, una fue promover que Silvio Rodríguez viniera a la Argentina e hiciera un concierto gratuito en la ciudad de Avellaneda. El resultado fue impresionante, hubo casi cien mil personas. Nos decía Silvio que fue el concierto gratuito que brindó con mayor cantidad de gente, no sabía lo que era aquello, se desbordó por completo, lo cual habla de la popularidad inmensa que tiene Silvio en Argentina. El EFAC estuvo organizando todo eso y luego decidimos que había que dar una batalla para demostrar la solidaridad de Cuba en lo internacional.
Había muchos temas, podíamos nombrar la Operación Milagro, las misiones de los médicos cubanos en el exterior, la alfabetización con el Yo sí puedo. Pero nos pareció algo muy simbólico la actitud que Cuba tuvo a instancias de Fidel, en relación a los chicos de Chernóbil, cuando estalló aquel reactor número cuatro en Ucrania.
GR: El título del documental es Tarará, esa preciosa playa del este habanero, donde fueron atendidos los niños de Chernóbil, coincidentemente HBO estrenó una miniserie sobre el accidente del reactor nuclear de Chernóbil en la cual omite la grandeza de Fidel al brindar tratamiento a los niños afectados. ¿Es esta una razón para que ‘Tarará’ cobre mucha más importancia?
AB: Sí, sí. Es una total coincidencia, cuando analizamos las distintas proezas que ha realizado Cuba en materia de solidaridad, nos pareció que debíamos destacar este hecho. Tratar a los niños que nadie quería, a los chicos que estaban ya en niveles de radioactividad tremendos, uno de los cuales era una niña, la primera que vino en el primer avión que envía Fidel, era un avión que estaba en Roma y lo desvía, lo manda a Kiev y desde allí traslada a todos los chicos, casi 200, en el avión y los trae a Cuba. 
El segundo avión estaba en reparaciones en Ucrania y Fidel ordenó que recogiera a más niños para traerlos a la isla. Cuentan que cuando le explicaron lo del avión y le dijeron ‘pero falta que lo pinten’, él replicó: ‘No importa, viene sin pintura y  trae a más niños’. Y después llegaron otros, y otros, más de 24 mil chicos. La Unión Europea, los países europeos y Estados Unidos, se lavaron las manos. La misma Unión Soviética no actuó como debió. Sin embargo, Cuba, en pleno período especial, porque no era que Cuba estaba floreciendo sino en una etapa de enormes sacrificios, hizo ese esfuerzo absolutamente extraordinario. 
Nosotros lo tenemos registrado, el documental ya está casi listo, nos faltan unas pocas imágenes. El Centro de Prensa Internacional –CPI- y la dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión –ICRT- nos apoyaron de inmediato. Gracias a la ayuda desde la corresponsalía de Resumen Latinoamericano en La Habana y el trabajo fecundo del Comité Internacional, el realizador Roberto Chile y la periodista Maribel Acosta, -quien más ha investigado el tema-, nos facilitaron una serie de materiales. Tenemos el documental muy bien armado con testigos de la época, sobrevivientes, algunos de los chicos que ahora están acá, que son cubanos, que adoptaron la nacionalidad, pero nos faltaban imágenes de Fidel que eran muy difíciles de conseguir y las que conseguíamos tenían baja resolución.
Estamos muy agradecidos a toda la gente que ha colaborado con nosotros y nos ha permitido armar un documental que haga justicia al papel fundamental que tuvo Cuba y Fidel en hacer posible la curación. Fidel se entera de esto porque un dirigente del Konsomol de Ucrania le manda un mensaje a un dirigente juvenil del Partido Comunista de Cuba explicándole la situación de los niños.
Aquel joven que también aparecerá en el documental, habla con Fidel, se presenta y le dice: mire Comandante, he recibido de los jóvenes del Konsomol de Ucrania el pedido de que estos chicos sean tratados en Cuba. Y en menos de 72 horas ya estaba un avión trayendo al primer contingente de niños. La gran mayoría de ellos fueron curados y sobrevivieron gracias a Cuba. Eso no se sabe, es un tema tremendo porque demuestra lo que es la Revolución cubana, su altruismo, su generosidad, su enorme papel internacional. Al reactor le colocaron una especie de sarcófago para blindarlo. Iban a poner dinero, cien millones de euros, pero a la hora de la hora, el dinero no apareció y hay que hacer una operación de salvataje y de encapsulamiento de eso. Así que también es un llamado de atención a los europeos, advirtiéndoles ‘tienen que hacer algo diferente a lo que normalmente han hecho y preocuparse por la salud de toda su población y no solo de la de los más ricos’.
GR: ¿Cuándo podremos ver el documental?
AB: Yo calculo que para noviembre-diciembre esté listo. Por supuesto tenemos un plan de presentarlo en los principales concursos internacionales de películas documentales, es un mediometraje, casi un largometraje. Es muy bonito y ahora con estas nuevas imágenes estará muy completo. Espero que en Cuba tenga una gran difusión al igual que en los países de América Latina, donde seguro será muy bien recibido. 
La miniserie sobre este tema que transmitió Neftlix es una desgracia con suerte porque nos hubiera costado mucho trabajo imponer el tema nosotros y ha salido Neftlix con esa canallada. Nuestro documental aparecerá ahora como un elemento de compensación, divulgación de una verdad silenciada y de debate. 


El prestigioso intelectual cubano Abel Prieto, quien fuera Ministro de Cultura en dos ocasiones, actualmente presidente del Programa Martiano, presentó el libro de Borón en la sala Portuondo
en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana, febrero de 2019.  Foto Yaimi Ravelo
presentaciòn de El Hechicero de la Tribu. Feria Internacional del Libro en La Habana 2019


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