[22:56, 7/9/2019] +54 9 11 2292-9834: "No puedo sino pronunciar unas palabras de despedida para quienes fueron mis hermanos Carlos Gustavo y Fernando Luis, que eligieron el camino más duro y difícil por la causa de la dignidad del hombre. No podemos seguir con indefinición y con miedo, sin comprometernos. Recuerdo cuando con Carlos Gustavo hicimos un viaje al norte del país y allí lo ví llorar desconsolado al ver la miseria y el triste destino de los hacheros. Fue fiel a Cristo, tuvo un amor concreto y real por los que sufren; se comprometió con la causa de la justicia, que es la de Dios, porque comprendió que Jesucristo nos señala el camino del servicio. Es un ejemplo para la juventud, porque tenemos que luchar para alcanzar la sociedad justa y superar el mecanismo que quiere convertirnos en autómatas. Que este holocausto nos sirva de ejemplo". Despedida del padre Carlos Mugica a Fernando Abal Medina y a Carlos Ramus.
[23:05, 7/9/2019] +54 9 11 2292-9834: Nosotros, los montoneros.
Los que como buenos peronistas tuvimos disidencias, diferencias, traidores.
Los que con diecinueve años se pegaron un tiro para no entregarse vivos.
Las que se bancaron violaciones, torturas terribles, el desarraigo de sus hijos.
Los que en las citas corrieron y corrieron para llegar al cielo, y la pastilla y los que “aquí no se rinde nadie”. A los que le fraguaron la muerte, le inventaron el mar y el fuego, los secuestraron en tierra, pero no pudieron con sus memorias, con la historia y la sangre.
Plagados de errores, de desaciertos, de decisiones equivocadas.
Pero yendo al frente, pariendo resistencias.
Haciendo posible que después de muchos años, muchos que ni nos conocieron, puedan seguir escribiendo la lucha en murales, volantes, barrios y fábricas, forjando movilizaciones, gritos, calles, organización.
Nosotros los montoneros no estamos redactando epitafios, ni testamentos. Sabemos que la lucha de clases y las leyes de la dialéctica existen y no terminan ni en un papel ni en una consigna. Por eso continuamos apretando los dientes en los ojos de esos obreros que, ayer como hoy, se preparan para la huelga.
Andamos estrechando abrazos, ayudando a los que dejan ayudarse, sembrando, apurando vinos, porrones, mates y recuerdos. Repletos de años pero también de sueños. Tratando de transmitir nuestras experiencias y de recuperar los pibes apropiados.
Los que frente a la estrella federal, la tacuara y el fusil nos seguimos emocionando. Y apasionados por Evita, sin retorno.
Cada siete de septiembre nos reencontramos de una manera u otra.
Hasta el fin de los tiempos estaremos haciéndonos autocríticas y discutiendo, pero señalando irreductiblemente a los que no quieren que “esto cambie, definitivamente y para el bien de todos” como dice la canción. Todos, no Ellos.
Un saludo compañeras, compañeros, que es decir: Hasta la Victoria Siempre!
Compañero
Miguel Ángel Mori
Ex-preso político
[23:05, 7/9/2019] +54 9 11 2292-9834: Nosotros, los montoneros.
Los que como buenos peronistas tuvimos disidencias, diferencias, traidores.
Los que con diecinueve años se pegaron un tiro para no entregarse vivos.
Las que se bancaron violaciones, torturas terribles, el desarraigo de sus hijos.
Los que en las citas corrieron y corrieron para llegar al cielo, y la pastilla y los que “aquí no se rinde nadie”. A los que le fraguaron la muerte, le inventaron el mar y el fuego, los secuestraron en tierra, pero no pudieron con sus memorias, con la historia y la sangre.
Plagados de errores, de desaciertos, de decisiones equivocadas.
Pero yendo al frente, pariendo resistencias.
Haciendo posible que después de muchos años, muchos que ni nos conocieron, puedan seguir escribiendo la lucha en murales, volantes, barrios y fábricas, forjando movilizaciones, gritos, calles, organización.
Nosotros los montoneros no estamos redactando epitafios, ni testamentos. Sabemos que la lucha de clases y las leyes de la dialéctica existen y no terminan ni en un papel ni en una consigna. Por eso continuamos apretando los dientes en los ojos de esos obreros que, ayer como hoy, se preparan para la huelga.
Andamos estrechando abrazos, ayudando a los que dejan ayudarse, sembrando, apurando vinos, porrones, mates y recuerdos. Repletos de años pero también de sueños. Tratando de transmitir nuestras experiencias y de recuperar los pibes apropiados.
Los que frente a la estrella federal, la tacuara y el fusil nos seguimos emocionando. Y apasionados por Evita, sin retorno.
Cada siete de septiembre nos reencontramos de una manera u otra.
Hasta el fin de los tiempos estaremos haciéndonos autocríticas y discutiendo, pero señalando irreductiblemente a los que no quieren que “esto cambie, definitivamente y para el bien de todos” como dice la canción. Todos, no Ellos.
Un saludo compañeras, compañeros, que es decir: Hasta la Victoria Siempre!
Compañero
Miguel Ángel Mori
Ex-preso político
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