3 de abril, 44 años detenidos desaparecidos
El caso de compatriotas víctimas del Plan
Cóndor y la exigencia de justicia y sanción a los responsables de esos
crímenes.
Ricardo Klapp Santa Cruz
- 01/04/2020.
En la década de los años setenta, una banda de
criminales se instaló del Cono Sur de América Latina; se denominó Operación o
Plan Cóndor, instrumento creado por las dictaduras latinoamericanas. Fue una
coordinación para perseguir a la izquierda. Compartirían información para
vigilar, perseguir y hacer desaparecer a los resistentes a las tiranías en
prisiones clandestinas y en centros de torturas. La Operación Cóndor fue un
pacto criminal de exterminio de las dictaduras cívico militares de Argentina,
Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Las dictaduras, que impulsaron el terrorismo
de Estado, fueron cayendo progresivamente, hasta 1990, cuando Pinochet abandonó
parte del poder. A partir de ese momento, se abrió la oportunidad de investigar
y enjuiciar a los responsables de los crímenes cometidos, en el marco de la
Operación Cóndor. Muchas de las investigaciones están en curso y Argentina es
el país más activo en la persecución de los genocidas.
En Argentina, en el juicio oral por delitos de
lesa humanidad y de asociación ilícita trasnacional, para el secuestro y
asesinato de militantes de izquierda. Fueron juzgados y condenados quince ex
generales y ex coroneles argentinos y un uruguayo, culpables de genocidio.
Otros, incluyendo, el ex dictador Rafael Videla, fallecieron en prisiones
comunes. Este juicio incluyó a tres chilenos apresados en Mendoza.
El 3 de abril, se cumplen 44 años del
secuestro, en Mendoza, de Juan Hernández Zaspe –presidente de la Federación de
Estudiantes Industriales y Técnicos de Chile (FEITECH) y dirigente PS–, Luis Muñoz Velásquez –ex presidente
del Centro de Alumnos del Liceo Consolidada de Puente Alto en 1968, candidato a
regidor y dirigente del PS de San Bernardo– y Manuel Tamayo Martínez, ex
dirigente de los estudiantil, alumno de Sociología e Ingeniería de la
Universidad de Concepción, militaba en el PS. Ellos, trabajaron por un proyecto
político social transformador, en la reorganización clandestina del socialismo
y jamás renegaron de sus convicciones ideológicas.
La DINA y la Policía Federal de Argentina los
secuestraron en Avenida Belgrano, Mendoza, según los testigos presenciales José
Cerda, Alex Muñoz y Cecilia Muñoz. Los represores, los llevaron al Regimiento
Maipo, de Mendoza, para dar comienzo a largo camino de innombrables penurias.
En la noche, los trasladaron a Chile, por el paso fronterizo Los Libertadores y
los entregaron al campo de torturas Cuatro Álamos. En la mañana siguiente
fueron trasladados a Villa Grimaldi, hasta fines de abril de 1976; el ex
prisionero Juan Feres fue testigos de ello.
Después de 20 años de las querellas, el
Ministro en Visita para causas de violaciones a los Derechos Humanos de la
Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, condenó a veinte
secuestradores y homicidas de la DINA, por siete casos de secuestros y cinco de
homicidios calificados, por la causa Operación Cóndor. Entre ellos, a los ex
generales Cristoph Georg Willeke Floel y Raúl Eduardo Iturriaga Neumann (presos en Punta Peuco) y al ex coronel, Carlos
José Leonardo López Tapia (fallecido).
Después de las condenas, los criminales
apelaron al Tribunal Constitucional, que paralizó el juicio por dos años.
Actualmente, una Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago verá la causa,
este año y los familiares pueden asistir, a no ser que las medidas del
coronavirus lo impidan.
Mañana, viernes 3 de abril, se realizará una
velatón, desde las 19:30 hasta las 20:00 horas, en el frontis del Memorial por
la Justicia y la Dignidad (Calle Balmaceda con Irarrázaval, en Puente Alto). Sólo participarán personas sin dolencias
crónicas y estarán a más de un metro de distancia, entre ellas, con mascarillas
y guantes.
“¡El Pueblo Unido Jamás Será Vencido!” es la consigna que ha
recorrido el mundo entero y que sintetiza el compromiso de no olvidar nunca a
los que cayeron en las manos del terrorismo de Estado, luchando por un país
democrático. En esa memoria, está el esfuerzo y el sacrificio de estos jóvenes,
que resistieron a la Dictadura desde sus inicios, en condiciones totalmente desiguales.
Juan, Luis y Manuel, dedicaron y ofrendaron
sus vidas a la transformación social y por eso fueron perseguidos. Son
herederos de Salvador Allende y merecen nuestro homenaje y respeto. Mientras
sigan en nuestra memoria, serán parte de nuestra historia.
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