Recibido y compartido, no tengo más antecedentes, Papo.
Hoy en la mañana ha fallecido Manuel Carrasco, camarada, compadre y amigo, Osornino, viejo mirista, cabo de ejército, encargado de la estructura militar del MIR en el regimiento de Osorno.
El 11 de septiembre del 73, de acuerdo al plan de defensa del gobierno y en contra el golpismo, Manuel genera una cobertura y sale del regimiento en un transporte militar con armamento y personal militar de la estructura partidaria. Llevan un uniforme de coronel de ejército para que los comandara el encargado militar regional.
El tal España no llega al encuentro. Manuel debe volver al regimiento, apoyado en la leyenda usada para salir, logra dar aspecto de normalidad a lo obrado. Da instrucciones a su estructura para cubrirse y pasar el momento más incierto de la respuesta antigolpe en ese momento.
Manuel me decía... eran muchas armas y equipamiento, la respuesta militar al golpismo en Osorno pudo haber debilitado la confianza de los mando golpistas y fortalecido la idea de resistir en otras unidades. Fue un desacierto lamentable.
En los días siguientes instruyó a sus camaradas de armas para que sacaran algunas piezas a los fusiles Garand, con los que limita el uso de esas armas por parte de los conscriptos que salían a reprimir.
Después estuvo preso y, al tiempo, pudo recomenzar una vida como civil. Nunca dejó de militar en el MIR, aún ahora en sus últimos días, identificaba su contacto en Osorno como "el Partido".
Hace 11 años comenzó una deficiencia renal que lo obligaba a viajar 3 días a la semana a Puerto Montt, para sus diálisis.
Hace unas semanas atrás me llamó, me dijo "compadre, no sigo con la diálisis, estoy cansado"... hablándome de su decisión de morir... Le noté nuevamente, después de mucho tiempo, un tono de voz firme, claro, hasta alegre... Había hablado con sus hijos, Gary y Camilo, quizás su único sostén afectivo, y estaban de acuerdo.
Me dijo que quería publicar su historia pues hallaba que sería importante para la reflexión de la cuestión militar para las nuevas generaciones de luchadores y luchadoras sociales.
Traté que compañeros periodistas y escritores trabajarán con el ese relato, al que daba mucha importancia. No fue posible que se juntaran.
Cumplo aquí, Camarada Manuel, a partir de esta nota y de manera muy limitada, tu necesidad urgente de enseñar tu vida de militar y militante.
Camarada
Manuel, amigo, compadre, viejo mirista, te recuerdo con mucho cariño y te
abrazo en la distancia.
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