Un demente en la
Casa Blanca y el COVID-19
José
Luis Méndez Méndez
Especial
para Resumen Latinoamericano
Si alguien tenía dudas, a esta altura del COVID-19, que en la Casa Blanca
había un demente inepto e incapaz de ilustrarse cómo enfrentar este azote
mundial, la confirmación les llega de la embajada de Estados Unidos en La
Habana, su vocera afirma que su país tomará medidas contra los países que
acepten médicos cubanos para mitigar los efectos de la pandemia.
La demencia se
contagia como el virus en ese país, el 24 de marzo, el vice
gobernador de Texas, Dan Patrick, dijo que los abuelos como él están dispuestos
a dejarse morir “para salvar a la economía nacional”. El político republicano
de 69 años comentó que las personas de su edad no quieren sacrificar la
economía del país durante la crisis del coronavirus. Tales arrebatos los
expresó después que Donald Trump, dijo que quería reactivar la economía en
semanas, en vez de meses, reabrir el país e impulsa la idea de relajar las medidas contra
la pandemia, debido a la
crisis económica que enfrentaría el país.
El laqueado, híper
pigmentado por la cámara solar a la que es adicto, no atina a darle solución a
los problemas internos de un país, sobre infestado de virus y en su lugar
concibe evitar, bajo presiones, que otros países apelen a la célebre medicina
cubana para salvar a sus ciudadanos.
La solución la
tiene a la mano, enviar de manera desinteresada a médicos estadounidenses a
esos países para sustituir a los cubanos. Ya Estados Unidos tiene muchos
galenos graduados de la famosa Escuela Latinoamericana de Medicina cubana de
formación de médicos para estudiantes procedentes de decenas de países de
varios continentes.
Desde la
primera graduación en 2005, hasta la fecha, de la afamada Escuela han egresado
más de más de 37.333 graduados en diferentes especialidades, de 141 naciones,
de forma totalmente gratuita. En agosto de 2017, ya
se habían graduado 170 médicos
procedentes de Estados Unidos, esta cifra supera ya los doscientos.
Este indicador no lo puede
exhibir, igualar ni mucho menos superar Estados Unidos, el país más poderoso
del mundo. Estos son resultados concretos, alejados de la retórica trumpiana,
que afirmaba en la pasada campaña electoral de 2016, representar a los más
desposeídos y olvidados de Norteamérica y se declaraba ferviente crítico de las
élites, que tanto lo detractan por su demostrada incapacidad de darle solución
a cualquier problema doméstico. El COVID-19, lo supera con creces. Acaba de
anunciar que reducirá las pocas medidas tomadas para salvar a sus coterráneos,
con el interés de no afectar la economía.
La diatriba lanzada por la
embajada estadounidense en La Habana, no puede ser más demencial, al
instar a los países que hoy reciben o
solicitan cooperación médica cubana a rechazar esa contribución, pese a la
pandemia de la COVID-19, que los azota. Estados Unidos, ataca, critica, pero no
resuelve los ingentes problemas de esos pueblos.
La voluntad
política de destruir a la Revolución cubana, vale más que la vida de millones
de personas que pueden ser salvadas por el desarrollo de la salud cubana,
probada en decenas de países y que escribió, en el combate contra el Ébola en
África una de las páginas más heroicas de la medicina mundial, reconocida por
la OMS y la ONU, en esta lucha se hermanaron los cubanos con médicos de varios
países, incluidos los de ONGs estadounidenses.
La ONU, en la persona de su Secretario General António Guterres, acaba de
pedir el cese de las sanciones, que ha impuesto Estados Unidos contra países, a
fin de que estos puedan obtener lo necesario para enfrentar al flagelo.
Millones de dólares esquilmados a Venezuela, permanecen congelados en bancos de
todo el mundo, además se refuerza el bloqueo a Cuba en tiempos de pandemia,
pero también quiere negarles a otros pueblos el concurso del personal médico
cubano.
El mensaje de la embajada estadounidense, que ha merecido numerosas
expresiones de repudio en las redes sociales, tiene lugar cuando la isla
participa en el enfrentamiento a la COVID-19 en China, Nicaragua, Venezuela,
Surinam, Granada, Jamaica, Belice e Italia, mientras otros países han
solicitado esta colaboración. También, cuando la pandemia hace estragos en
Estados Unidos, que es inminente se convierta en el epicentro del contagio de
la enfermedad en el mundo, según alertas de la OMS.
Está vigente el ejemplo que dio Cuba cuando el terrible huracán Katrina, en
el 2005, asoló al sur de ese país, que ofreció mil 100 médicos para
amortiguar el colosal impacto al territorio estadounidense.
Entonces, el líder
histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz dijo, que ante la
catástrofe ocurrida, ambos países debían "hacer un alto" en su
enfrentamiento y colaborar para salvar vidas. "El problema es que llegue
un primer auxilio, que atienda y salve vidas en 24 o 48 horas, mientras se
organiza la atención". Afirmó, que no se trataba de hacer reproches, sino
de cooperar rápidamente para paliar la tragedia. Cuba, aseguró, tener los
especialistas adecuados y estar lo suficientemente cerca: "En una hora y
cincuenta minutos, un avión nuestro puede aterrizar en el aeropuerto
internacional más próximo", dijo el mandatario para dar un ejemplo de
solidaridad humana.
"Nuestro gesto es sincero,
no busca publicidad, no pone condiciones. Enviamos lo que tenemos", afirmó
entonces el gobernante cubano, dijo estar listo para enviar a Estados Unidos
600 médicos el primer día y 500 al siguiente. Se preguntó el líder cubano: "¿Van a rechazar nuestra cooperación por las cosas
ocurridas entre ambos países? Creo que sería útil al mundo y un buen ejemplo,
no sólo de nuestra parte, sino también de parte de ellos, porque estos
fenómenos se pueden repetir".
Recordar también, que cuando el terrible evento del 11
de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Cuba, ofreció ayuda desinteresada para
cooperar ante esa tragedia. Entonces, la soberbia imperial, pudo más y
los ofrecimientos fueron rechazados, ahora, en tiempo de virus, se impone la
sensatez. Al
igual que antes, ahora este escribidor está convencido que las autoridades
cubanas no dudarán en compartir lo que tiene, no lo que le sobra, para enviar
ayuda al pueblo de Abraham Lincoln, para codo con codo enfrentar a esta amenaza
mundial.
25 de marzo de 2020
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