Abril del 2007 visité Isla Negra, la casa museo de Pablo Neruda. Comprobé que el libro de visitas NO se exhibía.
Lo solicité y tras una búsqueda con cierta demora lo pude abrir. El último testimonio databa de siete días atrás
Y “simpática casualidad” había sido escrito por otro argentino. Escribí lo que me brotó de mi indignación porque
Había descubierto que solo mostraban al Neruda de los amores de pareja apasionados y en cambio brillaban por
Su ausencia sus poemas políticos. Tomé una foto. La mejor forma de ocultar al poeta es haberlo entregado a
una fundación. ¡ Denle libertad !
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