domingo, 28 de mayo de 2023

Fwd: POLÉMICAS CON EL PCR Comentario del libro de Cacho Cacopardo, “Córdoba por asalto”. Sergio Ortiz

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De: Sergio Ortiz <ortizserg@gmail.com>
Date: vie, 26 may 2023 a las 21:36
Subject: POLÉMICAS CON EL PCR Comentario del libro de Cacho Cacopardo, "Córdoba por asalto". Sergio Ortiz
To: Araceli Moya Resumen Latinoamericano <pornuestramerica2023@gmail.com>

POLÉMICAS CON EL PCR

Comentario del libro de Cacho Cacopardo, "Córdoba por asalto"


SERGIO ORTIZ. 26 de mayo de 2023


UN MUY BUEN LIBRO

Terminé de leer este libro, publicado por Editorial Babel en 2010, 240 páginas, al que encontré en una biblioteca popular de la que soy socio. El autor fue parte de la Generación del '70: estudiante, trabajador y militante revolucionario, preso político durante la dictadura militar-cívica, sobreviviente del terrorismo de Estado. Se recibió de maestro y posteriormente de profesor de Historia, siendo director de un colegio público en Río Negro.


Lo leí con muchísimo interés porque se refiere a la experiencia como presos políticos y secuestrados del autor y de su compañera María Eugenia Irazuzta ("Ivonne"), quien fue asesinada en el D2 de la Policía de Córdoba en abril de 1976, cuando tenía 28 años. Mi interés era doble porque ambos, Cacho e Ivonne, habían sido militantes de nuestro Partido, Vanguardia Comunista (VC), actual Partido de la Liberación (PL) y a fines de 1974 se fueron en dirección al Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Es un libro necesario, sobre todo para las nuevas generaciones de militantes populares y también, por supuesto, para los viejos como es mi caso. Está bien escrito, se basa en vivencias políticas y personales. Pinta tal cual fue aquella época de fines del gobierno reaccionario de Isabel Perón y López Rega, al que apoyaba fervientemente la dirección del PCR encabezada por Otto Vargas, y el inicio de la dictadura militar-cívica con su represión elevada a la enésima potencia. A nuestro partido, VC, le costó la vida de 47 dirigentes y militantes.


En el libro de Cacopardo esas historias continúan hasta la llegada de los juicios a los genocidas en Córdoba, que condenaron a los criminales del D2, algunos de los cuales, como el "Tucán" Yanicelli, llegó a ser en 1994 el tercer jefe policial en importancia durante la gobernación de la UCR, con Oscar "Milico" Aguad como ministro de Gobierno.

El texto pinta muy bien cómo era la militancia de izquierda en esos tiempos, con dedicación a full, al margen que uno fuera "rentado" con un sueldo de maestro o siguiera con sus estudios, trabajos, etc, como cualquier hijo de vecino. Cacho, por ejemplo, con otros camaradas de VC, cuando aún estaba en nuestro partido, tenía una verdulería y acá cuenta anécdotas divertidas de nuestro dirigente Elías Semán, abogado y escritor haciendo de verdulero, resbalando y cayendo con unos cajones de verduras o frutas.


Además de la actividad política, con sus reuniones, luchas, detenciones, torturas, debates, divergencias y rupturas propias de la militancia, también se retratan las historias personales y familiares, los gustos culturales, las excursiones, los amores y separaciones.

El libro ayuda a conocer mejor a la Generación del '70, que peleó por el poder político, retomando un papel similar a la Generación de Mayo de 1810, la de la lucha por la Primera Independencia. ¡Cuánta falta nos hacen todos esos compañeros y compañeras! Y cuánto la ignoran los actuales dirigentes políticos de la burguesía, aún aquellas como CFK que proponen tomar la posta a los hijos de la generación diezmada. Claro que con ideales diferentes y aún opuestos a los de aquellos entrañables 30.000 desaparecidos. Porque apoyar el ajuste desde 2020 con el FMI, hacer negocios para la empresa israelí Mekorot y entregarle el agua de 6 provincias argentinas, y que te apoye como presidenciable el ladrón y corrupto burócrata empresario-sindical Luis Barrionuevo, como es el caso de Wado de Pedro, es honrar a aquella generación de palabra y en los hechos traicionarla.


REFERENCIAS AL PCR EN EL LIBRO

Si bien el libro es de tipo histórico, pero no un ensayo político propiamente dicho, a lo largo del mismo hay muchísimas opiniones y referencias concretas, situadas en un lugar particular, Córdoba, y en un tiempo dado, sobre todo el lapso 1974-1977.

También se mencionan organizaciones políticas y guerrilleras con nombre y apellido: Vanguardia Comunista, PRT-ERP, Montoneros y PC, entre varias otras. Lo llamativo, y desde mi punto de vista equivocado, es que al referirse varias veces al PCR, lo hace utilizando una sigla diferente, PCM. Siempre que lo menciona, varias veces en forma crítica como ahora veremos, lo hace con la inexistente sigla PCM si bien es obvio y evidente que se refiere al PCR, cuyo secretario general era Otto Vargas y al que pertenecía en Córdoba el dirigente de los trabajadores mecánicos René Salamanca, desaparecido en 1976.


Esa omisión de nombres y apellidos concretos no es general ni igualitaria. Del PCM (sic) sólo nombra a Antonio Marimón, colaborador de prensa de Salamanca en el SMATA, con opiniones favorables a quien se oponía a la línea oficial lopezrreguista de la dirección partidaria. En cambio no sólo habla de VC sino también de sus dirigentes, con sus nombres y apodos, "Cabezón" Roberto Cristina, "Turco" Elías Semán, "Almendra" Rubén Kritscausky, etc. ¿Por qué el autor, Cacho Cacopardo, hizo ese cambio de sigla y omisiones respecto al PCR?

De todos modos, su libro tiene mucho mérito por formular una serie de críticas a la línea del PCR y a las conductas de sus dirigentes nacionales y de la regional Córdoba, que paso a detallar.

Va un ejemplo. "En poco tiempo el análisis que hacía el PCM (sic) de la influencia rusa en Argentina nos pareció un poco conspirativo y terminó siendo peligroso. Se consideraba que había dos imperialismos: el yanqui y el ruso, siendo el último el que tenía mayor poder en nuestro país. Por eso en la medida que había sectores que aparecían como antirrusos, eran considerados aliados potenciales en la lucha contra ese imperialismo. Por ello desde el Partido se comenzaba a simpatizar en forma esquemática con militares y funcionarios de los gobiernos nacionales y provinciales, en quienes se visualizaban tendencias antirrusas. Esa visión del PCM (sic) habría conducido al partido a realizar acuerdos no muy claros, como uno que se celebró con el interventor Lacabanne. Hasta se llegó a rumorear que se había hecho una reunión del Comité Regional en Casa de Gobierno. En ese encuentro dirigentes de Capital habían llegado a plantear su colaboración con la represión de la guerrilla pues se veía a estos sectores como golpistas" (págs. 38 y 39 de "Córdoba por asalto").

Para los que no conocen mucho de historia cordobesa, hay que recordar que en febrero de 1974 el jefe policial Antonio D. Navarro dio un golpe de Estado derechista y depuso al gobernador Ricardo Obregón Cano y el vicegobernador Atilio López, elegidos democráticamente el año anterior. Con el visto bueno del general Perón, la provincia fue intervenida y llegó el brigadier Raúl Lacabanne, con el jefe de policía Héctor García Rey, más la Triple A que en La Docta usaba la sigla de "Comando Libertadores de América", conducido por el capitán de ejército Héctor Pedro Vergez, un asesino confeso (ver su libro "Yo fui Vargas", diciembre de 1995). Estos fascistas intervinieron gremios combativos como SMATA y Luz y Fuerza, asesinaron militantes, pusieron bombas en locales políticos, robaron millonarios fondos públicos, etc.


Con esos fascistas se reunió el Comité Regional del PCR y llegó a acuerdos políticos, incluso se puso a disposición para colaborar y asesinar a guerrilleros. Lo dice el libro de Cacopardo, que entonces estaba con ese partido, aunque ya tenía muchas críticas al igual que Ivonne, Marimón y otros otros militantes.


Una cosa era criticar aspectos foquistas de las organizaciones guerrilleras, como hacía VC, y otra muy diferente sumarse a Lacabanne y la Triple A para asesinar a esos compañeros, que eran revolucionarios, más allá de sus errores. Vale la pena recordar que la orden de formar la Triple A la dio Perón con su "Orden Reservada del 1° de octubre de 1973" y comenzó a operar en 1974, siendo su primera víctima el diputado Rodolfo Ortega Peña, asesinado en julio de ese año.


En el texto queda claro que Cacho e Ivonne consideraban a los presos del ERP y Montoneros como compañeros, y procuraban la unidad en la lucha contra el terrorismo de Estado que los tenía presos y secuestrados a todos ellos. En todos los ámbitos había debates y discrepancias, y en las cárceles también también, pero esa pareja no consideraba a los presos de esas organizaciones como enemigos ni agentes del socialimperialismo ruso…


El mismo día del golpe fue desaparecido Salamanca, al que los dirigentes del PCR siempre levantaron como una bandera muy preciada. Pero leamos lo que dice al respecto Cacopardo, en su nombre y de Ivonne: "A dos semanas del golpe acordamos reunirnos con Jorge, el responsable de prensa del Comité Provincia. Había algunas posiciones del partido que no compartíamos. Lo primero que analizábamos era el silencio ante la desaparición de Salamanca, no lo podíamos entender. Frente a semejante omisión, teníamos que dar una respuesta urgente. Con Jorge decidimos entonces redactar un informe con una crítica y la propuesta de una inmediata pronunciación ante esa desaparición. Tampoco ahorramos objeciones frente a la postura del partido en relación al gobierno de Isabel; en Córdoba nunca entendimos los lazos que se mantuvieron en esa período con el interventor y represor de la provincia, Lacabanne, representante de lo peor del peronismo" (pág. 114 y 115, obra citada).


Esa postura antirrusa llevó al PCR a la errónea creencia de que el general Luciano B. Menéndez no los iba a reprimir y quizás hasta podría ser un aliado en la lucha contra los rusos. Un delirio total. En otro capítulo, Cacho cuenta de que en los primeros meses del 1977, estando preso, pudo hablar con "Susana, la abogada del partido". Supongo que se refería a la doctora Susana Aguad, que siempre fue muy amiga de nuestro Elías Semán. Habían sido detenidos varios militantes del PCM (sic). "Ella (Susana) decía que por un lado la permanencia de nosotros, de Daniel y yo detenidos, mostraba la faz represiva de la dictadura. Y que esto a la vez contrastaba con informes del partido donde, haciendo eje en la política antirrusa, se llegaba a decir que el general Menéndez era de esa línea nacional y por eso no nos iba a reprimir" (pág. 155 y 156, obra citada).


Menéndez fue el titular del III Cuerpo de Ejército desde 1975, o sea desde el año anterior al golpe, hasta 1979, con jurisdicción sobre diez provincias argentinas. Ahí funcionaron 26 centros clandestinos de secuestro, tortura y desaparición del total del país según el CELS, aunque pueden haber sido varios más. Uno de los más importantes fue el de La Perla, por donde pasaron miles de secuestrados y la mayoría fue desaparecida. En agosto de 2016 el megajuicio de La Perla tuvo sentencia; inicialmente fue contra 52 imputados, 10 de los cuales murieron antes de las condenas. Menéndez fue el principal acusado, como autor mediato de 670 hechos de privación ilegítima de la libertad, 655 de tormentos, 331 homicidios y otros delitos de lesa humanidad. El genocida murió en 2018 con el récord Guinness de 13 condenas a prisión perpetua.

El horror de la dirigencia del PCR de haber considerado a Menéndez como "nacional" tiene semejanzas con el de la cúpula del PC, que apoyó a la dictadura considerando que el general Jorge R. Videla era "democrático" y el general Roberto E. Viola "nacional".

Las dirigencias de ambos partidos (PCR y PC) intentan zafar de la inevitable crítica argumentando que ellos tuvieron muchos presos, secuestrados y desaparecidos, como Salamanca y César "Gody" Alvarez el PCR, y "Negrito Avellaneda" y Teresa Israel, el PC, y muchos más. Esto es cierto. Tuvieron numerosos mártires, pero eso no quita que sus respectivos dirigentes estuvieron muy lejos de orientar políticamente la resistencia popular contra la dictadura militar-cívica e incluso de caracterizarla como tal. En el caso del PC tampoco participó desde el inicio de la lucha popular, como sí lo hicieron otras organizaciones sociales como las Madres y Abuelas, y partidos políticos como VC, Montoneros, PRT-ERP, Ocpo, el otro PCML, etc.



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Sergio Ortiz
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