Buenos Aires, 13 de Diciembre de 2002. HIJOS QUERIDOS: EL GENERAL ANTIOCO ESTA AGONIZANDO….. por Josefina Pandolfi de Salgado Madre de Plaza de Mayo. En medio de esta fiesta nacional que fue la 22ª Marcha de la Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo, y delirantes de felicidad, a pesar de toda una jornada en pié, marchando, cantando, recibiendo besos y abrazos de todos los que clamaban: "Madres de la Plaza, el pueblo las abraza", quizás sin saber que con solo eso, estaban reivindicando la lucha de nuestros 30.000 hijos desaparecidos, sentía en mis oídos, la voz inolvidable del mío, que decía, feliz: "viste vieja, lo logramos, todo el pueblo esta unido y luchando"… A pesar del agotamiento, del sueño, del dolor de mis huesos, castigados por la artrosis, apenas llegué a casa, cerca de media noche, tomé entre mis manos mi vieja y ajada Biblia Latinoamericana, que tengo sobre mi mesa de luz, y siempre leo con avidez. La abrí en el 2º Libro de los Macabeos, y allí encontré lo que buscaba. Es un pasaje muy sangriento: habla de la masacre del pueblo israelita, en manos de los imperialistas Griegos. En una ocasión, el Rey – General Antioco, ebrio de poder y de soberbia, para escarmiento de los rebeldes, se ensaña contra siete hermanos macabeos "tercos", sostenidos en sus ideales por su fé, y sus tradiciones milenarias. Los torturó sádicamente, con los medios mas aberrantes, ante su valiente madre, que de pié junto a sus hijos destrozados en vida los alentaba, infundiéndoles coraje para que no se "quebraran". Es largo el episodio, pero para abreviarlo, después de asesinar a los siete muchachos, eliminó a esa ejemplar mujer. Allí, Antíoco se sintió héroe, (aparentemente). Sigamos leyendo: este ídolo de cartón, fue víctima de un extraño mal. No podía moverse, pero igual iba al frente de su ejército, contra los indomables macabeos, en un carro. Un día se cayó de él y se le quebraron todos sus huesos. Se estaba pudriendo en vida, en medio de atroces dolores y en su agonía, clamaba ayuda al Dios de sus aborrecidos enemigos…¡Que ironía! Nosotros, los argentinos, tenemos nuestro propio Antíoco, aunque superado, de lejos, porque se ensañó, no contra un pueblo extraño, sino contra sus propios compatriotas: el almirante Emilio Massera. Durante largos años, él y otros "Benditos Salvadores de la Patria", secuestraron, torturaron, robaron niños, saquearon viviendas y asesinaron a mansalva. Bah, creyeron matarlos, porque los revolucionarios nunca mueren. Veinticinco años después, santa paciencia, este campeón de la democracia está sufriendo en carne propia los tormentos de una grave dolencia. Las Madres, esas mismas que hoy gozamos con la rebelión de aquellos que están luchando por una sociedad mas justa, nunca hemos olvidado el calvario de nuestros hijos, ni hemos perdonado a sus asesinos; pero no somos sádicas, ni gozamos pensando en la prueba que esta pasando el otrora dueño de la Vida y la Muerte, en su ocaso, diciendo: ¡ Este es el justo castigo que esta alimaña merece ! Es más, como madre de un revolucionario, jamás pude estar junto a él, en su cautiverio, tortura y muerte, como la privilegiada mujer macabea. Quisiera poder estar cerca de este vil verdugo, no para gozar con sus sufrimientos, ni para poner unas gotas de cianuro en el suero con que seguramente se alimenta. Como el samaritano de las escrituras, estaría a su lado, humedeciéndole los labios resecos para aliviar su sed, enjugando su frente empapada por la agonía, acompañándolo con mis oraciones, es decir, todo lo que me impidieron hacer por mi hijo martirizado. No creo que este caballero, tan católico, tema a la Muerte. Su educación cristiana, en un "hogar ejemplar", en escuelas religiosas, y luego, nada menos que en el Colegio Naval; su vida diaria, enriquecida por los sacramentos recibidos con frecuencia, (cuántas veces lo hemos visto comulgar con devoción), le darán fortaleza en este difícil trance. Además, creo oportuno citar las sensatas palabras de un gran revolucionario compatriota nuestro, el Che Guevara, que dijo: ¿Qué importa donde y cuando nos sorprenda la muerte, si nuestro grito de guerra es escuchado"? De paso, recordemos que el ofrendó su vida en la flor de la edad, tenía 39 años, no era casi octogenario como usted. Grite Almirante, con toda la voz que le quede, para que todos los que le rodeen, o los que lo oigan por los medios informativos, puedan escuchar su rugido. No sabemos cual ha sido, pero un marino de su talla, seguramente habrá tenido alguno muy sonoro. Es muy vulgar, pero ¿habrá sido: "VIVA LA PATRIA", o bien, "POR DIOS Y MI BANDERA"? Haga memoria, y aúlle valientemente. No tema al juicio del mundo. Ud. Ya ha sido juzgado y condenado a prisión, por las leyes argentinas, poco después, un eminente estadista, que además tuvo el mérito de regalar el país, lo indultó, asi que sus deudas con el pueblo, están saldadas. Lo que olvidó, lamentablemente dicho presidente, fue extenderle ukn salvoconducto para que pudiera transitar libremente por las calles y poder entgrar en cualquier lugar a cenar con sus amigos, sin recibir inoportunos insultos, ni soportar desaires populares. Es lamentable, pobre anciano! Ahora que, respecto al otro Juicio, el Grande, el que le espera en el mas allá, nada podemos adelantarle, porque creo que en ese lugar no corren ni punto final, ni obediencia debida, y menos aún un indulto trucho. Lo que le recomendamos es buscar un buen atenuante: es decir insistir en que en sueños, recibió órdenes secretas del Arcangel San Miguel, príncipe de las milicias celestiales : ese gigante rubio, atlético (¿será sajón?) que el arte renacentista presenta vistiendo alba túnica, y con una enorme espada entre sus manos. Algo insólito. Muy poco claro para los que nos atrevemos a pensar. Es una contradicción, ¿Qué hacía ese seráfico luchador en un Reino de Paz, Amor y Justicia? ¿estaría desocupado, sería piquetero, o pertenecería a algún servicio? Almirante, lamentablemente tengo que reconocer que está pasando por un momento delicado. Su situación es caótica. Le va a resultar difícil zafar, esta vez, pero sea sagaz, recuerdo que la misma Iglesia cuando quiere justificar lo imposible, siempre tiene a mano algún arcángel salvador, llámese Miguel, Gabriel, Rafael, entre otros. Son muy útiles. No se desanime, tenga fé. Recuerde que frutos mas verdes han madurado. Sus serviciales capellanes velan, no duermen, rezando por su alma. Creo que no podrán olvidar, en sus santas vidas, su generosidad y amplio sentido de la Caridad, que demostró con sus secuaces de la E.S.M.A. , invitando a los prisioneros (clandestinos por supuesto) a disfrutar santamente de la Misa de Navidad en el 1977. Dios se apiade de usted. Josefina Pandolfi de Salgado Madre de Plaza de Mayo. (fin) 63 años lleva Estados Unidos bloqueando al pueblo cubano, sí SESENTA Y TRES AÑOS. ¿Qué edad tenés vos? Pensá eso. Deberías saber que en la isla de Cuba, en la provincia Guantánamo tiene Estados Unidos instalada una Base Naval desde hace 120 años. Sí CIENTO VEINTE AÑOS. ¿Qué edad tenés vos? Pensalo. Debemos luchar pacífica pero enérgicamente para que esta tortura cese. Indignate y manuscribí en los afiches callejeros (intervenilos) tu protesta al bloqueo. Hablalo con tus amigos y familia. Eladio González toto fundador primer museo suramericano Ernesto Che Guevara que decía "cualquier golpe a otro en cualquier lugar del mundo debería doler en nuestra propia mejilla".
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