El pensamiento económico de Ernesto “Che” Guevara
María Gabriela Brenes Guevara
Economía
Profesora Vanesa Gold
Ciclo Básico Común
Junio, 2011
Pensamiento del “Che” Guevara #
ÍNDICE
“Hasta siempre, Comandante”: El pensamiento
económico de Ernesto “Che” Guevara
I. “Hasta siempre, Comandante” ………………………………….... 3
II. Vivire militare est:
vivir es luchar, vivir es milicia........................................................ 5
III. Conciencia engendra conciencia…….…….……….…………... 8
1. Sistema Presupuestario de Financiamiento……………...... 9
2. El trabajo voluntario………………………..……………..... 12
IV. Que se vayan todos, nos quedamos con el
“Che”…….……………...………………..…...………...……………….. 16
V. Bibliografía……..……………...…………..…...………...…….…… 18
Pensamiento del “Che” Guevara $
I. “Hasta siempre, Comandante”: El pensamiento económico de
Ernesto “Che” Guevara
“Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia,
Comandante Che Guevara.”
Carlos Puebla
Hasta siempre, Comandante
Asmático, morocho y rosarino, ¿quién hubiese augurado que ese rostro
tiznado sería la imagen más reproducida en la historia de la humanidad?
Ciertamente la CIA no. Tampoco Batista. Ernesto “Che” Guevara inmortalizó su
nombre en una magnitud con la que sólo los más ambiciosos soñaron—no todos
los días el propio J.P. Sartre se refería a alguien como “el ser humano más
completo de nuestra época”—pero a través de caminos que apenas unos pocos
abnegados transitaron: izando la bandera de la contra-hegemonía, luchando por la
justicia social.
Sus ideales trascienden las fronteras del mapa y también las del intelecto,
por cuanto el “Che” procuró la revolución no sólo por el fusil, sino aún más
importante, por la pluma y el papel. Por ello, lo menos que se puede hacer para
honrar la memoria del Guerrillero Heroico es pesquisar hasta los más recónditos
espacios en sus ideas, dialectizar con ellas. En el presente trabajo el foco estará
sobre los aportes del “Che” Guevara al pensamiento económico—consustancial
del político, claro está—mas cualesquiera que sean las posturas individuales
respecto a sus propuestas, sería una atroz falacia argumentar que la vida del
“Che” no permite explayarse en el resto de ámbitos.
Como primera etapa se retratarán los eventos biográficos más significativos
de Guevara, buscando así responder al por qué se erige como símbolo hasta el
día de hoy. El segundo eje de análisis se centra específicamente en su
Pensamiento del “Che” Guevara %
pensamiento económico. En este apartado se hará breve mención del contexto en
el que se ubican las ideas del “Che”, sus propuestas y las acciones que llevó a
cabo para concretarlas, específicamente el sistema presupuestario de
financiamiento y el concepto de “trabajo voluntario”. Asimismo, se presentarán
algunos paradigmas con los cuales arrasó—armándose de amigos y enemigos—y
algunas metas inconclusas que heredó.
Finalmente se extrapolarán estos contenidos hasta nuestra realidad actual:
¿Qué caló del pensamiento del “Che”? Si reviviera hoy, ¿aprobaría el curso que ha
tomado la actividad económica en América Latina?
Pensamiento del “Che” Guevara &
II. Vivire militare est: vivir es luchar, vivir es milicia
“A Cuba le dio la gloria
de la nación liberada.
Bolivia también le llora
su vida sacrificada.
San Ernesto de La Higuera
le llaman los campesinos,
selvas, pampas y montañas,
patria o muerte su destino.”
Víctor Jara
Zamba al "Che"
Ernesto Guevara de la Serna recorrió América Latina para conocer más
sobre las enfermedades tropicales y se enfrentó cara a cara con la peor de todas:
la desigualdad, la injusticia social como producto de la dominación. Esta
pandemia, tan afianzada ya en todo el mundo, fue lo que motivó su incansable
labor, a tal punto que murió tratando de encontrarle solución.
El 14 de junio de 1928, en Rosario, Argentina, nace Ernesto Guevara de la
Serna. Sin fusil, insignias, ni gloria, sólo su asma—enfermedad que obligó a la
familia Guevara a trasladarse de domicilio más de una vez y que luego le costaría
al “Che” la participación en el servicio militar argentino.
Inicia sus estudios en la Facultad de Medicina de la UBA (1946) y a partir
de ahí emprende una serie de viajes a lo largo y ancho de la Argentina, esto con el
fin de aprender más sobre las enfermedades tropicales, en especial la lepra. Una
vez con el título de doctor bajo el brazo, el “Che” se embarca en ese afamado
recorrido en moto por casi todo el continente americano, empresa que inspiraría
luego la película “Diario de una motocicleta” (2004). Aprovechó este viaje—en
especial su paso por el litoral pacífico suramericano—para visitar minas de cobre,
poblados indígenas y leproserías, y nutrir así su posicionamiento intelectual.
Para el año 1953, Guevara se encuentra en Bolivia con Ricardo Rojo y
Eduardo García, con quienes parte hacia Guatemala para entrar en contacto con
Pensamiento del “Che” Guevara '
la actividad revolucionaria allá. Tal fue su interés, que se involucró en la Alianza de
la Juventud Democrática; no obstante, al estallido del conflicto militar en 1954, en
el que se derrocó al Presidente Jacobo Arbenz, el “Che” se vio obligado a
marcharse a México.
La nación azteca sería el escenario de una convergencia decisiva para el
rumbo histórico latinoamericano: fue justamente en México donde el “Che” conoció
a los hermanos Raúl y Fidel Castro. Unos meses después de ese encuentro, se
organiza una expedición como preámbulo de la Revolución en Cuba. Inicialmente,
el “Che” se integra como médico del grupo, mas luego alcanzaría el rango de
Comandante del Ejército Revolucionario.
A partir de 1956, la actividad político-militar del “Che” se intensifica
notoriamente. Ese año zarpa el “Gramma” rumbo a Cuba, con 82 expedicionarios,
pero una única consigna: la revolución. A los pocos días de arribar a territorio
cubano, las tropas de Fulgencio Batista arremeten contra el grupo y sólo 12
expedicionarios logran escapar con vida. Diezmado, este grupo de sobrevivientes
consigue instalar su base de operaciones en la Sierra Maestra, desde la que
organiza varios combates importantes y le confieren al “Che” el grado de
Comandante de la Cuarta Columna. Un año después, se le asigna el cargo de
Comandante de la Segunda Columna.
Más aún, el “Che” buscaba la revolución por el frente de la educación y la
información, por lo que en el año 1958 sale al aire Radio Rebelde. Ese mismo año
se daría la toma definitiva de la ciudad de Santa Clara. Finalmente, en La Habana
de 1959, la Revolución pudo cantar victoria. A pocos días del triunfo, el Colegio de
Médicos en Cuba declara “Médico cubano honorario” a Ernesto Guevara. Se le
otorga la nacionalidad cubana y escasos meses después lo nombran Jefe del
Departamento de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). A
finales de ese año, el “Che” ya ocupaba la presidencia del Banco Nacional de
Cuba.
Lejos de estancarse, la lucha política del “Che” continuó en ascenso hasta
el último de sus días. Viajó por los países promotores de la Conferencia de
Pensamiento del “Che” Guevara (
Bandung—siendo esto el génesis de los No Alineados—y en 1961 fue nombrado
Ministro de Industrias de Cuba y formó parte de la resistencia contra la invasión de
Bahía Cochinos. Por el año 1963 se asoman las primeras controversias alrededor
de los mecanismos de planificación en Cuba. El “Che” participa, entre otros, junto
con Alberto Mora (Ministro de Comercio Exterior), Luis Álvarez Rom (Ministro de
Finanzas) y Marcelo Fernández, entonces Presidente del Banco Central. Como
parte de las medidas resolutivas, ese año se inauguraron distintas fábricas en toda
Cuba.
Asimismo, Guevara lideró delegaciones cubanas en diversos eventos, entre
los cuales están el Consejo Interamericano y Social (Punta del Este, Uruguay), la
Conferencia Mundial sobre Comercio y Desarrollo (Ginebra, Suiza), la Asamblea
General de la ONU y el Segundo Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática
en Argel.
Si bien la mayor parte de su accionar revolucionario se concentró en Cuba,
el “Che” buscaba una liberación en términos más internacionales. Por ello, en
1965 preside un grupo de cubanos para trasladarse al Congo y apoyar el
Movimiento de Liberación de ese país. Ese mismo año, desde La Habana hasta
Santa Clara se tiñeron de tristeza cuando el Comandante en Jefe, Fidel Castro,
reveló la carta de despedida de Ernesto “Che” Guevara, documento en el cual
renunciaba tanto a sus cargos oficiales como a su misma nacionalidad cubana. El
objetivo de tal sacrificio era incorporase a las guerrillas en Bolivia para luchar
contra la tiranía militar.
Finalmente, luego de un intenso combate el 8 de octubre de 1967 en la
cañada del Yuro, la columna encabezada por el “Che” es severamente mermada
por las fuerzas militares bolivianas—ataque realizado en confabulación con la
CIA—y capturan a Guevara. El 9 de octubre de 1967, fatídico día en la historia de
la contra hegemonía, Ernesto “Che” Guevara es ejecutado a manos del ejército de
Bolivia.
Pensamiento del “Che” Guevara )
III. Conciencia engendra conciencia
“Explotan al campesino
al minero y al obrero,
cuanto dolor su destino,
hambre miseria y dolor.
Bolívar le dio el camino
y Guevara lo siguió:
liberar a nuestro pueblo
del dominio explotador.”
Víctor Jara
Zamba al “Che”
“Cada vez que se libera un país, es una derrota del sistema imperialista
mundial” (Guevara, 1992, p.55), esta es una de las formas en las que el “Che”
definía su actividad revolucionaria. Si bien es un enunciado cargado de claridad y
determinación, a la luz de la labor guevariana no resulta tan fácil de etiquetar.
¿Será leninista? ¿Marxista? ¿Con tinte rojo comunista al mejor estilo soviético o
es sencillamente “anti-yanqui”?
En realidad, al pensamiento económico del “Che” sólo podemos darle una
suerte de definición categorizándolo como una progresión lógica entre las ideas de
Marx, Engels y Lenin, aplicadas al caso específico de Cuba (Estrada; Cruz, 2009,
p. 10-11). Quizá este sea el primer mérito científico que podemos alabarle al
planteamiento del “Che”, que tomó los lineamientos generales del marxismoleninismo y lo trasladó a la construcción de un socialismo particular en la Cuba
post-revolucionaria, teorizando además sobre la etapa de transición de un modelo
capitalista a uno socialista. Justamente este proceder abductivo-deductivo es lo
que distingue hasta el día de hoy la ideología guevariana del resto de posturas.
Afirmaba Fidel Castro en un discurso de conmemoración del Día
Internacional del Trabajador (1966) que “nada enseña tanto como una revolución”,
pero más que la lucha revolucionaria per se, lo que más lecciones deja es la etapa
inmediatamente posterior: la instauración del nuevo orden, la reconstrucción social
después de un evento revolucionario. Si se observa con detenimiento el panorama
Pensamiento del “Che” Guevara *
que enfrentó el “Che”, es evidente que el contexto de descubrimiento (Klimovsky,
1997) para establecer sus propuestas no era nada simple: una elevada tasa de
desempleo, el bloqueo económico y saqueo de capital humano por parte de los
EEUU, la inmadurez en las relaciones económicas con otros países (sobre todo
aquellos socialistas) y en general la incertidumbre y el carácter aún experimental
del modo de socialismo propuesto en el momento (Tablada, 2006).
Las premisas fundadoras del pensamiento guevariano hacen hincapié en la
conciencia y la certeza de que son los hombres los que hacen la historia. Con esta
línea y dentro de ese contexto es que nace el “Sistema Presupuestario de
Financiamiento”, un conjunto de medidas prácticas—tales como la centralización
de los fondos bancarios de las empresas—para resolver problemas concretos del
sector industrial, como los superávit en unas empresas en contraste con los déficit
de otras (Estrada; Cruz, 2009, p. 7-10).
1. Sistema Presupuestario de Financiamiento
Desde el seno del Departamento de Industrialización del INRA sale este
nuevo modelo de planificación, en el que se emprendió una política económica
expansiva, enfocada en aumentar la productividad, disminuir los costos, buscar
nichos aptos para la tecnificación y ampliar la figura de los talleres. La situación
monetaria de las empresas cubanas era convulsa al punto de que, cuando se
tomó la decisión de unir todos los fondos bancarios, mientras que algunas
contaban con un balance monetario positivo, otras tantas carecían de fondos
siquiera para comprar las materias primas o materiales y pagarles a sus
empleados (Estrada; Cruz, 2009, p. 7-13).
El primer paso fue identificar el grado de necesidad o urgencia que
representaba la actividad productiva de esa empresa para el país. Se procedió
luego a unificar los fondos de todas las fábricas en uno centralizado, administrado
por el mismo INRA y en el que todos los establecimientos depositaban sus
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ingresos y extraían los recursos destinados a su respectiva gestión. Estas
transacciones se hacían con base en un presupuesto muy controlado.
Precisamente esta dinámica es la que dio el origen al nombre, se llama
“Sistema Presupuestario de Financiamiento” por cuanto la empresa o fábrica
entrega sus ingresos de manera íntegra al presupuesto nacional, no se acumula ni
retiene efectivo en cuentas particulares. En cuanto a los egresos de las empresas,
los gastos se someten a un plan financiero y de ejecución anuales, así que sus
posibilidades de inversión dependen de los fondos que se les asigne desde el
presupuesto nacional.
Más aún, los fondos para cada empresa se depositan en una agencia
bancaria, cuya labor es registrar las operaciones de las empresas en tres cuentas:
la de inversiones, la de salarios y la destinada a otros gastos (Estrada; Cruz, 2009,
p. 8-19).
Formalmente, el fondo centralizado se deposita en el Banco Nacional y lo
administra la sección de “Finanzas, contabilidad y presupuesto” del Departamento
de Industrialización del INRA. A esta división del INRA también le correspondía la
planificación, así como la distribución de los documentos o copias presupuestarias
y sus unidades. Los bancos debían fungir bajo lo estipulado en este presupuesto
nacional.
Dentro de este sistema no sólo se reubicaron los fondos, sino también la
mano de obra. Aquel personal que estuviera como excedente o se estuviese
subutilizando en alguna rama, se trasladaba a otro sector productivo donde se
requiriese colaboración. En caso de no poder ubicar a alguien en determinado
sector, el Estado asumía la tarea de financiar su educación, de modo que
aumentara su valor agregado en términos de técnica y cultura y pudiese encontrar
algún nicho en el proceso productivo (Estrada; Cruz, 2009, p. 12-19).
Díaz (2006) cita al “Che” sobre este tema:
“[el “Che” ] escribía: “ (…) desde el aporte del 4% de los trabajadores para la
industrialización del país hasta el trabajo en cada cooperativa hasta el establecimiento
de ramas ahora desconocidas en la industria, como la citroquímica, la química pesada
Pensamiento del “Che” Guevara !!
(…) tiene el principal objetivo (…) la conquista de la soberanía nacional.” (Guevara, E.
(1977). Tomo V)
El sistema presupuestario de financiamiento también representa una virtud
como avance científico, ya que se abasteció de las distintas técnicas contables
avanzadas y de computación y las aplicó a la economía, lo cual le permitía
optimizar los procesos, poseer una mayor eficiencia y un mayor control de parte de
la dirección centralizada y programar mejor la producción. Además, dado que la
planificación era un eje central en la administración, estas técnicas del
presupuesto permitía un mejor control económico por métodos administrativos y
cuantificables. Para el “Che”, la experiencia de los otros países socialistas también
fue un importante referente a la hora de construir todo este sistema (Tablada,
2006).
Cabe destacar que el Departamento de Industrialización no surgió por una
demagogia burocrática, sino como un ente de desarrollo industrial paralelo a la
reforma agraria. Ergo, parte de sus labores era velar por el abastecimiento –
incluido aquel del ejército rebelde—para lo cual creó diversos talleres (armería,
sastrería, panadería, etc.). Con el Sistema Presupuestario de Financiamiento, el
“Che” buscaba alcanzar la mayor eficiencia posible en la gestión económica, mas
no a costa de la psique colectiva, sino que para él, la construcción del socialismo
involucraba un proceso de producción, organización y conciencia.
Este fue un punto decisivo para que consiguiese cierto grado de éxito pese
al férreo bloqueo estadounidense. Tal como detallan Estrada y Cruz (2009, p.15):
“Es poco conocido que el Sistema Presupuestario de Financiamiento funcionó
con un alto grado de eficiencia a pesar de las circunstancias que entonces
prevalecían nacionalmente y en el Ministerio de Industrias, que poseía en aquel
momento el 70 por ciento de la producción industrial del país (las industrias
azucarera, ligera, básica, parte de la alimentaria, mecánica, de materiales de la
construcción, farmacéutica y otras), alrededor de 260 mil trabajadores, 48 empresas
consolidadas y aproximadamente 1500 establecimientos con un valor de 1500
millones en medios básicos, de ellos, 930 millones de origen capitalista.”
Pensamiento del “Che” Guevara !#
El “Che” elabora todo el Sistema Presupuestario de Financiamiento
precisamente porque no aprueba el cálculo económico. Además, con su sistema
refleja la vital importancia que tiene la planificación en la etapa de transición y
establecimiento del socialismo. No obstante, para Guevara lo más importante de la
revolución es que fuese integral, que el desarrollo económico transcurriera de la
mano con la transformación del hombre, multiplicando su capacidad creadora, su
simbolismo y alejándolo el egoísmo residual del capitalismo.
Este enfoque nos dirige al siguiente aporte conceptual del pensamiento
guevariano: el trabajo voluntario.
2. El trabajo voluntario
El trabajo voluntario se instaura como motor para ese giro copernicano en la
industria y el pensamiento del hombre. El “Che” indicaba que “ [el trabajo
voluntario] es el que se realiza fuera de las horas normales de trabajo sin percibir
remuneración económica adicional, el mismo puede realizarse dentro o fuera de
su centro de trabajo” (Díaz, 2006; Agosto, 2003).
El valor real de este concepto se aprecia no por su definición teórica, sino
por la manera en la que Guevara procuró operacionalizarlo: definiendo
organización, modalidades, métodos de control y el posible desarrollo. Para el
“Che” era muy importante reducir el burocratismo y el desperdicio de tiempo en el
espacio laboral (Estrada; Cruz, 2009, p. 12-19). La diferencia recae en el camino:
no a través de métodos impositivos y destructivos, sino con mecanismos de
incentivación y de identificación del hombre con su trabajo, con el producto del
sudor de su frente. El “Che” hacía énfasis en la misión de llevar el trabajo
voluntario a las masas, pero con organización y contenido, de modo que las
personas forjaran un vínculo con su labor y se sintiesen útiles.
A Ernesto Guevara no le cabía duda de que el ser social determina la
conciencia social y que “la nueva conciencia era el resultado de un proceso
progresivo de transformación de las estructuras sociales vigentes de las que
Pensamiento del “Che” Guevara !$
inevitablemente surge” (Estrada; Cruz, 2009, p. 13-16). Con base en esta
perspectiva, proponía que para transformar al hombre, más que hacer un llamado
a la conciencia solamente, la clave era transformar las relaciones sociales de
producción y seleccionar cuidadosamente las palancas más adecuadas
motivadoras de su acción.
En términos más concretos, la propuesta guevariana se basa en un sistema
salarial, de emulación y con estímulos morales y potenciadores. El fundamento
debería ser el principio del pago según la cantidad y calidad del trabajo (Tablada,
2006). Más aún, Díaz (2006) agrega que con esta concepción, la simple
socialización de los medios de producción no alcanzaría para instaurar una moral
comunista, en oposición al “ ʻHombre Economicusʼ, egoísta e individualista, propio
del sistema capitalista.” (Díaz, 2006, p.5).
El rol que ocupa el trabajo voluntario va más allá de un incremento en la
producción, sino que se posiciona como una fuente de educación para las masas y
un método de acercamiento con los campesinos, con el fin de conciliar la escasa
cooperación entre la ciudad y el campo, de limar las asperezas entre obreros y
campesinos (Guevara, 1977, tomo VII).
Asimismo, era menester resignificar el concepto de trabajo y desprenderle
la connotación negativa que arrastraba del capitalismo. Para ello, se buscaba
posicionarlo más como una necesidad moral, inherente del hombre (Díaz, 2006, p.
5-7), reafirmando así que el mecanismo de movilización de las masas es
principalmente del orden de lo moral. El “Che” criticaba que los estímulos
materiales—como se acostumbraba y fomentaba en la Unión Soviética—
mantenían fantasmas del capitalismo y por eso debía morir en el socialismo. El
valor agregado, entonces, lo aporta el desarrollo moral en pos del crecimiento
humano, no la acumulación de capital material:
“Será preocupación del Ministerio tomar a los mejores obreros premiados y
llevarlos a las escuelas donde puedan desarrollar las cualidades que han demostrado
en la producción, de modo que sea la clase obrera(…) quien imponga los técnicos y
directores del futuro.” (Guevara, E. (Ed. 1977). Tomo VI)
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Finalmente, es necesario retomar la oposición del “Che” al cálculo
económico, razón por la que diseña el Sistema Presupuestario de Financiamiento
y a su vez exterioriza su posicionamiento con respecto a la ley del valor: otra
categoría capitalista que obstaculizaría el periodo de transición a una sociedad
comunista. Con base en el análisis de Estrada y Cruz (2009), se puede sintetizar
la posición guevariana ante la ley del valor de la siguiente manera:
1. Supresión de la idea de que la ley del valor en el periodo de transición al
comunismo goce de alguna vigencia rectora.
2. Categórica diferenciación entre aquellos elementos de orden más técnico
(maquinaria, metodología de fabricación, etc.) heredados del capitalismo y que
poseen cierto carácter de utilidad—cuya existencia además se reconoce
dentro del periodo de transición—y aquellas fuerzas que amparan la ley del
valor “dado su carácter de ley económica, esto es, de expresión de
tendencias” (Estrada; Cruz, 2009, p. 14-15).
3. Exclusión de la noción de ley del valor y otras categorías mercantiles
adjuntas a su uso dentro de la caracterización del periodo de transición al
socialismo. Se oponen por defecto.
4. Aversión a la articulación conceptual entre utilización de la ley del valor y las
relaciones monetario-mercantiles en la etapa de transición y una aparente
necesidad de desarrollar dichas relaciones, por cuanto éstas alcanzan su
pináculo en el capitalismo, ergo, distorsionan el camino hacia el fin supremo:
un socialismo que premie el desarrollo integral de sus ciudadanos.
5. Oposición al carácter ʻinevitableʼ del uso de la categoría mercancía en las
relaciones entre empresas estatales y la concepción de “todos los
establecimientos como parte de la única gran empresa que es el estado”
(Estrada; Cruz, 2009, p. 14-15).
6. Exigencia de determinar una política económica enfocada a erradicar
gradualmente las relaciones anteriores, tales como la noción de mercado y el
dinero—en su valor o concepción capitalista—de modo que se desprendiera el
sistema socio-económico de la “palanca del interés material directo o, por
Pensamiento del “Che” Guevara !&
mejor decir, las condiciones que provocan la existencia de estas” (Estrada;
Cruz, 2009, p. 14-15).
7. Ferviente resistencia a la práctica social que utiliza indiscriminadamente las
categorías capitalistas.
8. Reconocimiento de las implicaciones que tiene el libre juego de la ley del
valor en el periodo de transición: la imposibilidad de reestructurar las
relaciones sociales en su propia esencia y evitar caer en un sistema híbrido
inadmisible para los propósitos planteados de una nueva sociedad.
9. Firme convicción de que el comunismo trasciende un simple modelo
económico, implica una construcción de la conciencia:
“En nuestra posición el comunismo es un fenómeno de conciencia y no solamente
un fenómeno de producción; y que no se puede llegar al comunismo por la simple
acumulación mecánica de cantidades de productos, puestos a disposición del
pueblo. […] Si no se tiene una conciencia nueva frente a la sociedad” (Guevara, E.;
Castro, F. (1992) citado por Estrada; Cruz, 2009, p. 14-15).
Por su parte, Tablada (2006) complementa a Estrada y Cruz (2009) en tanto
que el Sistema Presupuestario de Financiamiento sí reconoce la ley del valor, de
las relaciones monetario-mercantiles y la mercancía como tal, pero sólo en función
de los vínculos generados entre el estado, las cooperativas y los individuos—esto
en el plano nacional, a nivel internacional sería en el comercio exterior. Más aún,
se opone por completo a la existencia de relaciones monetario - mercantiles dentro
del sector estatal, excluyendo por defecto la presencia de la mercancía en las
relaciones entre empresas estatales.
Si bien es innovadora y estructurada en términos de producción, el
funcionamiento de la propuesta socio-económica del “Che” contaba con una fuerza
gravitacional: la conciencia del hombre. Cada idea surgió en función del bienestar
del individuo, cuyo reflejo sería la bienandanza de la sociedad. El mismo Ernesto
Guevara lo indica así:
“No queremos personal domesticado en nuestras empresas. Queremos que piensen,
discutan, discrepen, aporten, generen ideas, y solo después de esto cumplan con lo que está
orientado”. (Guevara, E. (1964), p.106-107, citado por Tablada, 2006, p. 55-56)
Pensamiento del “Che” Guevara !'
IV. Que se vayan todos, nos quedamos con el “Che”
“Todo el mundo tercero va
a enterrar su dolor.
Con granizo de plomo hará
su agujero de honor, su canción.”
Silvio Rodríguez
Fusil contra fusil
A mediados de marzo de este 2011 durante las insurrecciones en el Medio
Oriente—tales como los levantamientos en Yemen, Jordania, Túnez, Egipto y
Palestina—se podía apreciar en las diversas coberturas mediáticas, varios grupos
de jóvenes blandiendo la imagen del “Che” Guevara. Poco más de cuatro décadas
desde su muerte, a cientos de kilómetros de Cuba y en idiosincrasias
completamente distintas a las que enfrentó el “Che”, su rostro se ha intensificado e
internacionalizado como símbolo de revolución, lucha, solidaridad y rebeldía—no
en su sentido peyorativo, sino como el reproche a la imposición, el deseo de poder
elegir, de poder expresar, de ser individuos proactivos—amparados bajo la
esperanza de que un mundo mejor es posible desde nuestra propia acción.
Más aún, la emblemática fotografía que Alberto Korda capturó del “Che” es
la imagen más reproducida del siglo XX. Más allá de la excelencia técnica o
estética de la foto, su virtud está en la manera en la cual atrapó la esencia misma
del “Che”, inmortalizando el espíritu inefable del Guerrillero Heroico. En las
palabras del propio Alberto Korda:
“Es el retrato de un hombre y también de un pensamiento y de una actitud.
Emana de él algo místico y, además, una sensación de coraje y austeridad; toda
una historia que cristaliza en una foto.” (Candioti, M. (2008) citando a Korda)
Su actualidad también se refleja en los debates académicos y políticos en
este siglo XXI. Un vivo ejemplo son las discusiones sobre la nueva izquierda: esa
izquierda emergente desde los sectores populares y liderada, en gran parte, por
una importante fracción de los distintos círculos académicos—en particular, mas
no únicamente, los universitarios. Es una izquierda humanista, inclusiva,
Pensamiento del “Che” Guevara !(
latinoamericanista y luchadora—como la que se planteó el pasado 3 de junio en el
3er Foro Nacional de Educación para el Cambio Social aquí en Buenos Aires—que
retoma los valores del “Che” y, cual curadores de obras de arte, los reviste para
enfrentar los retos de nuestros días.
A este punto de la historia, sería necio e inocente preguntar si caló algún
ideal guevariano. La pregunta es: ¿qué? Aún no somos esa Latinoamérica unida
con la que soñaba el “Che”, continúa el bloqueo y casi satanización de EE.UU. a la
actividad en Cuba (evidentemente no bajo los mismos términos de la Cuba del
“Che”) y el imaginario colectivo aún articula “comunismo” o “socialismo” con el
concepto de “autoritarismo” y “supresión de libertad”.
Si Guevara estuviera vivo y observase el colapso por saturación del sistema
de salud en Cuba, no estaría para nada satisfecho. Su decepción aumentaría al
voltear la mirada hacia el año electoral en la Argentina y encontrar nombres como
Duhalde y Macri aún acechando el marco político, o al ver la ligereza en la
participación de la Izquierda Tradicional o el desgajamiento de Proyecto Sur.
Queda claro entonces que en términos de concreción, el sueño que tenía el “Che”
para América Latina aún es un abstracto. Tablada (2006) puntualiza en sus
causas:
“El socialismo real fracasó porque utilizó en gran medida los instrumentos capitalistas
para su funcionamiento—incluyendo las tecnologías que dañaron seriamente el
medio ambiente—, y no fue capaz de desarrollar una sociedad democráticamente
participativa, un sistema de dirección económica acorde con su esencia, una cultura
alternativa a la capitalista.”
Entonces, ¿qué es lo que ha mantenido vivas las ideas del “Che”? Su lucha.
No es que el “Che” se alzó de manera antojadiza, sino que fue consecuente con
sus palabras, pues para cambiar una realidad, es menester actuar, no sólo
teorizar. Una de las mayores proezas que nos heredó fue ese espíritu de acción,
perseverancia, criticidad…un espíritu de capacidad creativa y modificadora. Un
sueño con cuerpo, mente y alma, se podría decir.
Pensamiento del “Che” Guevara !)
V. Bibliografía
Agosto, P. (2003). El cooperativismo agrario en Cuba. Centro Cultural de la
Cooperación: Argentina.
Candioti, M. (2008). La foto más reproducida del S. XX: Tributo a la coherencia del
Che Guevara. Fotografía e Historia. Publicado el 23 de mayo de 2008.
Recuperado el 7 de junio de 2011 desde:
http://marcialcandioti.wordpress.com/2008/05/23/la-foto-mas-reproducida-del-s-xxfotografia-%E2%80%93-historia-tributo-a-la-coherencia-del-che-guevara/
Castro Ruz, F. (1966). Discurso pronunciado en el Acto de Conmemoración del
Día Internacional del Trabajo, La Habana, 1 de mayo de 1966 (Granma, 2 de mayo
de 1966 y La Habana: Ediciones OR, 1977, pág. 12).
Díaz, M. (2009). El Pensamiento Económico del CHE Guevara y el
cooperativismo. Curso de Cooperativismo del CCC. Departamento de Política y
Economía Internacional.
Estrada Vega, L. Y. y Díaz Cruz, R. (2009). Che y la economía. Fundamentos de
Economía. Universidad de Ciencias Informáticas.
Guevara de la Serna, E. (1964). Consejos de dirección: Informe de la Empresa
Consolidada de Equipos Eléctricos. El Che en la Revolución Cubana (Tomo 6,
págs. 106–107). Citado en Tablada (2006), pág. 158.
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