De cómo Irene compró un departamento, sin saber que “incluída” traía la sutil y admirable venganza de un argentino, al que sus asesinos creyeron desaparecer.
O C U P A S por Eladio González (Toto)
Capítulo I - el Campo de Batalla
Irene Rosa pide que vaya, fue a visitar un departamento “tipo casa” y desde allí me llama. Buscábamos algo más grande, ó tal vez más apartado de la trágica calle Lavalleja, donde casi perdemos a nuestro querido primer hijito Demián Rafael González que no cayó del balcón de un cuarto piso por milagro.
Llego al lugar y como siempre hasta el día de hoy mi Irene me guía en la novedad.
Subimos la escalera de mármol y a la derecha del primer descanso la habitación pequeña, (sobre el garage) puerta dos hojas gruesa madera con vitreaux, piso de parquet con ventanal de 3 hojas hermoso, a la calle Espinosa 1457 en el barrio de Caballito.
Del descanso a la izquierda un corredorcito de tres metros con tres hermosas ventanas que muestran el jardín del vecino de la planta baja y la reja que lo divide de la vereda. Retomamos la escalera y el amplio hall iluminado por la altísima ventana (que mira al corredor que conduce a los departamentos de planta baja) nos recibe por primera vez.
De las cuatro puertas elegimos la primera a la derecha y en una pequeña habitación de altos techos y piso de parquet nos asomamos a una hermosa ventana que da a la calle Espinosa y al jardín de los vecinos de planta baja. Una gruesa reja negra en “L” lo separa de la vereda y orienta el camino de los vecinos que entran hacia el corredor que conduce a los departamentos del fondo.
Esta habitación tiene otra puerta que comunica con otra mucho más grande, piso de madera machihembrado y subiendo un escalón dos enormes hojas de puerta vidriadas, que abren a un balcón terraza muy grande circundado por una baranda de gruesos barrotes de madera antigua. Por sobre la baranda y pararela a ella un bello alambrado artístico la recorre a un metro cincuenta de altura para que las plantas trepadoras se desarrollen. Un profundo y ancho cantero lo recorre sobre la izquierda.
Este cuarto tiene otras dos puertas mas, altas y gruesas, una da al hall de recepción, la otra a la derecha al baño antiguo, amplio blanco y altísimo, la luz que entra por la claraboya de vidrio del techo lo hace bello. (Con lo que había visto hasta aquí yo quería vivir en esta casa). Pero juntos atravesamos la puerta que del hall frente al baño conduce a las dos habitaciones grandes. Pisos de parquet, enormes puertas de dos hojas con vitreaux en color azul y blanco, las paredes recién empapeladas y un hogar desde donde combatir el invierno. Salir embelesados de estos dos “salones” para caer en un corredor anchísimo que recorría la casa desde el hall de entrada hasta la escalera que accedía al tercer nivel girando a la derecha, pasando frente a las dos grandes habitaciones fue emocionante.
El corredor estaba vidriado con vidrios opacos de diferente color y eso lo transformaba en una larguísima habitación más, con la opción de tirar de cadenas que permitían abrir ventanas basculantes que daban paso al aire.
No podía cerrar la boca del asombro. Subimos hacia la cocina que nos encantó por lo amplia y que poseía dos grandes puertas, una amplia ventana y otra ventana pequeña que daba hacia la terraza. El pequeño corredor unía estas dos puertas con una tercera de una pequeña habitación y otra puerta de un pequeño baño. Pero terminaba en una escalera de mármol beige bastante ancha de unos nueve ó diez escalones que remataba en una puerta de grueso metal. Tras la puerta la terraza era enorme, de baldosas rojas con paredes altas que la circundaban, fuimos directamente hacia el pequeño “chalet” conformado por el techo de tejas a dos aguas, una de las alas caía hacia la misma terraza, mientras la otra desaguaba hacia el balcón terraza del primer piso. Se ingresaba por una puerta de metal vidriada a una buhardilla preciosa, alargada (corría por sobre la habitación pequeña que daba a la calle) con cielorraso de yeso a dos aguas, piso de madera y tres preciosas ventanitas que remataban el frente de la casa por la calle Espinosa. Al metro de ingresar sobre la izquierda una puerta de hierro baja invitaba a meterse y nos encontramos en un precioso lugar conformado por las vigas de madera y los listones que sostenían todas las tejas del techado. Se podía caminar parado por el centro de este altillo.
Al regresar al exterior la terraza nos mostró un desnivel más alto al que accedimos subiendo cuatro escalones para encontrar una terracita que ocupaba todo el techo de la cocina. La atravesamos para ingresar por una puerta de metal al lavadero, que con su piletón antiguo y amplio espacio no dejaba nada que desear.
Recuerdo que trepé al techo del lavadero para ver el tanque de agua y confirmar que no tuviéramos faltante de líquido.
Desde allí ví por primera vez los alrededores de “nuestro castillo” el lugar donde crecerían nuestros dos hijos Demián Rafael y Manuel Emiliano (de pocos meses de vida). ¿ Que me faltaba para decidirme ? (invisible para nosotros y curioso el abogado judío y peronista Mario Gerardo Yacub Cherbin nos observaba y evaluaba).
En ese momento diez y ocho palomas mensajeras (que luego sabría eran de un vecino colombófilo) dibujaban en nuestro pequeño cielo un anillo mágico y profético para mí.
Descender hasta la acera de Espinosa y levantar la puerta del garage nos confirmó que nada faltaba y que mucho sobraba para una pareja con un niñito y un bebé, el lugar ya nos había ganado el alma y dimos el sí.
Capítulo II - La ocupación
Yo trabajaba en mudanzas y trasladar los muebles y enseres desde Angel Gallardo y Warnes donde habíamos vivido, frente al Parque Centenario fue fácil.
Irene comenzó a planificar la función de cada ambiente y yo como ciruja que soy comencé a traer diariamente a la nueva casa muebles, que le fui comprando a algunos clientes que al mudarse se reducían. La enlozada salamandra bordó, transformada a gas que Marcos Perpiñal (el papá de Irene) le había regalado encajó exacta y precisamente en el hogar chimenea de lo que se transformó en nuestro living. Alli coloqué el piano familiar vertical donde intenté infructuosamente una y mil veces tocar algo más que “Para Elisa”. (Seguramente usaron forceps cuando nací).
El comedor y el living no tenían una frontera exacta salvo la arcada en el techo.
Nuestro dormitorio dió al balcón terraza con cantero y baranda, el de los chicos pegado al nuestro, pronto se personalizó con motivos infantiles y juguetes de todo tipo. Todas las noches les leía a mis dos hijos un cuento, extraía algunos de la Historia Sagrada. David y Goliat, Caín y Abel, bueno también le leí algún cuento ruso que eran más tristes aún que los de la historia sagrada.
La cocina fue también comedor diario y el pequeño baño lo ampliamos a costa de la habitación junto a la cocina. En compensación le abrimos una gran ventana que daba a un aireluz.
La habitación pequeña sobre el garage la destinamos a cuarto de huéspedes y biblioteca, con un sillón cama largo verde, mi escritorio y estantes por todos lados.
Capítulo III - Designio vengador
Remate Guerrico & Williams, muebles, enseres, vajilla, bicicletas, garrafas, ropas y todo lo que se le ocurra rematar allí se podía llevar. Llegué manejando solo el camión de mudanzas. No recuerdo que llevé a rematar por encargo de algún cliente, pero recuerdo que llovía mucho, debí aguardar turno y aproveché para presenciar una subasta. Era el remate de un enorme lote de bolsas de arpillera cosidas, repletas de libros usados. Naturalmente los títulos de los libros eran una incógnita. Libreros presentes ofertaron y se repartieron el lote a excepción de una bolsa, que no puedo entender porqué no se remató. Mi otro yo (hijo de gallego) me sedujo subliminalmente y el rematador aburrido por que ya no tenía clientes, pegó un respingo cuando se encontró con mi mano levantada y bajó el martillo. ¡Vendida!
En nuestra biblioteca fui acomodando los libros y me pareció muy barato, lo que pagué por tanto conocimiento que yo había adquirido. Mi omnipotencia me hacía creer que leería todo algún día. Y algún tranquilo domingo fui curioso, tomando cada uno y revisándolos. Pequeñito el libro, tapas blandas pero gruesas, dibujo naif muy sintético, el título “La Provincia Perdida” resultado del hojeado “cuentos cortos” ….. algún día los leeré. En la primera página me atrapan unos rasgos escritos con pluma metálica cucharón y tinta azul, que la porosidad del papel hizo expanderse.
“A los distinguidos doctores Alberto Granado y Ernesto Guevara” Bogotá, Julio de 1952 ” . (firmado Eduardo Santa.) ….. ¿Quiénes serían? (el abogado judío y peronista Mario Gerardo Yacub, invisible detrás mío sonrió cómplice). Disfruté unos segundos de la caligrafía y la emoción implícita en esa dedicatoria….. cerré el libro y lo volví al anaquel para seguir con otro libro. Para mí esos dos apellidos con sus nombres no me hicieron recordar nada.
Por esos días el vecino de planta baja nos había comentado breve y lateralmente que al jefe de la familia que nos había precedido en esa vivienda lo habían secuestrado y que su señora e hijos estaban en Estados Unidos. Desde ese momento sentí que caminaba sobre otros pasos y vivía sobre otras vidas.
Irene con su hermana tenían una compraventa “El Laberinto” de muebles y enseres en Avda. La Plata y Pedro Goyena. Luego se separaron y mi mujer alquiló en Pedernera 66 (entre Rivadavia y Ramón Falcón en Plaza Flores) un gran local de planta baja y primer piso. No demoré mucho en dejar de trabajar con mis hermanas y cuñado en las mudanzas y pasé a colaborar con Irene. Bregué y logré que Yolanda Latiffe Saad la madre de Irene se nos sumara (trabajaba para otros) y luego un hermano de Yolanda, el tío David compartió ese local, el trabajo y esos lindos días.
El hijo adolescente de Rodolfo Herrero mi primo hermano (el que había caído preso por un secuestro extorsivo) vino a trabajar también y el flaquito era punk, así que con un sobretodo negro en verano de 38 grados y un aro en la oreja compartió vida con nosotros. Terminó el punk tarareando, de tanto escucharlo, el tema “Dale soga nomás” del Cuarteto Leo que León Gieco grabara con ellos en “De Usuahia a la Quiaca”.
El milagro se produjo y un día pude ver a mi primer hijo varón (de mi primer matrimonio) Javier Alejo Rodrigo González Carullo, durmiendo, comiendo y jugando entre nosotros en nuestro hogar. Fue un año hermoso por la armonía y cariño que ví y viví entre Irene, Demián, Manuel y ese hijo-hermano-nuevo que les había nacido. Javier noviaba con una punk y terminó trabajando con el padrastro de la piba. Pero después de un año y medio Javier se volvió con su madre y nos dejó. Los chicos crecían y recuerdo que con Irene colaborámos enviando herramientas y otros enseres a una comunidad Mapuche de Aucapán imitando el ejemplo de un vecino uruguayo de la calle Yerbal que todos los años viajaba a ayudarlos. Comencé a ir los jueves a Plaza de Mayo, allí marchaba con Hebe de Bonafini y las demás madres, acompañadas por Adolfo Perez Esquivel y el cura Antonio Puigjané, que años después iba a ser encarcelado varios años por vincularlo a Patria Libre y La Tablada.
Al sacerdote le dí en mano un mensaje escrito donde le proponía viniera al negocio para elegir cosas y enviárselas a la Villa de Quilmes donde el ejercía su tarea cristiana. Vino y al poco tiempo concretamos llevando un camión de mudanzas repleto de muebles y demás artefactos a ese lugar. Antonio no estaba, había viajado a Nicaragüa y descargué todo ayudado por mi sobrino Johnny. La capillita tenía el tamaño del living comedor de nuestra casa y allí estaban los dos camastros de los curitas. Irene quería algo propio y aunque fuera mucho más chico lo encontramos en Caballito en la calle Rojas 129 casi esquina Yerbal.
En Julio 1991 por culpa de las calurosas y apolíticas recomendaciones de una clienta (comunista) de Irene viajamos a Cuba y México. Recuerdo haberle dicho a Irene que no convenía ir a Cuba porque al regreso nos podían perseguir. No me hizo ningún caso y así comenzó nuestra metamorfosis. Nos enamoramos allá del pueblo, de lo que flotaba invisible, de los silencios y sonidos. Varadero la noche, bailando boleros al aire libre levantando los pies para dejar pasar a los cangrejos, argentinos tradicionalistas y uruguayos exiliados en Canadá, que nos y les mostraron a los cubanos músicos y empleados como se baila un Pericón Bi-Nacional hecho en media hora y a pulmón, pero con ponchos, botas y cinturón con monedas.. (Muchísimas gracias hermano Lunardi, un argentino gigante del tradicionalismo, su esposa Mara y su hijito Luciano). Formábamos parte de un paquete turístico y recuerdo haber cambiado dinero por muchos billetes rojos con el rostro del rosarino Ernesto Che Guevara. Quedé impactado y le obsequié uno a cada compañero de viaje. Ya me había enamorado de Ernesto de quien hasta ese momento yo no sabía nada.
Mil impactantes cosas más que nos obligaron a regresar a fin de año. Mi 49 cumpleaños 10 de Enero, carteles de “Un Eterno Baraguá” que revuelven mi curiosidad, el periódico Granma que me anoticia de la horrible matanza de tres jóvenes guardiafronteras. Los 23 años de Rolando Pérez Quintosa Policía Nacional Revolucionario sobrevivían gravemente heridos. La familia González que debemos partir de regreso. La combi nos lleva desde Varadero hacia La Habana, los chicos señalan al avión que vuela e Irene bromea “es el nuestro que debíamos tomar”. Claro las brujas son brujas… y cuando entramos al embarque del Aeropuerto José Martí, la negra del mostrador abre los ojos blancos como solo los negros pueden hacerlo mientras espeta: “ ¿Qué ustedes hacen aquí?
Con el carro, las valijas, los pibes y nuestra carga de cubanía contagiada respondemos “viajamos para Argentina”.
“Hace una hora partió el avión” dice la negra, nos miramos con Irene y juro que sonreíamos. ¿Quién quería irse de Cuba? (el error había sido de los de turismo)
Terminamos en el mejor hotel de Cuba, el “Habana Libre” esa noche y el día siguiente sin cargo. En primera plana seguían las noticias sobre el policía baleado y su estado de salud. La última noche bailamos felices en la boite del piso veinte, desde donde los guerrilleros habían arrojado a la calle las mesas de ruleta del casino cuando triunfó la revolución. A pesar de que no pedían sangre por ningún medio de comunicación y de que no conocía al joven Rolando Perez Quintosa, era tan intensa mi curiosidad subliminal por entender a los cubanos en su entereza ante el bloqueo, que le dije a Irene “mañana temprano voy a dar sangre”. ¿ Piden ? NO, ¿lo conocés? NO,
¿ y entonces ? ,… “ TENGO QUE IR ”. Ahh…..
7 a.m. salgo del hotel y allí 4 taxis en hilera con sus motores detenidos forman el espectáculo más kinético que pueda apreciar. No es broma, por la falta de combustible, nada se mueve en la ciudad salvo algunas bicicletas y las manos de los choferes que en un grupo charlan animadamente.
El negro me vé salir hacia su auto, llega a grandes zancadas y pregunto por el Hospital Naval. A 15 minutos responde…, VAMOS …..¿Qué usted va a hacer allí? Enterado responde:
“no le voy a cobrar”. Ingreso al hall del hotel para avisarle a Irene que vuelvo en dos horas y antes de entrar oigo al negro dirigiéndose a sus colegas:
“ ¡ oiga compay ! ¿ qué ustedes decían de los argentinos ?
Durante el viaje repitió que podía tomarme todo el tiempo que necesitara porque él me esperaría allí. Porfié que no que suficiente era el que no me cobrara, pero explicó que por el bloqueo y la falta de combustible yo demoraría cuatro horas en regresar porque era la frecuencia de los colectivos en aquella época. (le llamaban Período Especial)
Entré al Hospital Naval y los soldados se miraron entre sí al oirme. Quería (creía yo) dar sangre para el joven gravemente herido. En realidad era mi excusa para estar entre ellos, esos cubanos que nos habían robado el alma a Irene y a mí.
La bella morena de hemoterapia, toda sonrisas, me pincha el dedo índice y la gota de sangre argentina impregna un trocito de vidrio, espolvorea la sangre con algo y confirma: “si tu eres RH negativo.”. Era mi as en la manga al que apelé tras ser rechazado por la simpática y bella dama, que me abrió heladeras repletas de botellones con sangre y me explicó que no era necesario que donara. Pedí ver a la familia del herido y los soldados que me acompañan hasta otro edificio del Hospital golpean una puerta que al abrirse muestra a 3 militares adultos y un civil de mi edad. “Es un argentino que vino a dar sangre para Rolando y quiere hablar con usted” . Se ponen de pie y salen los militares saludando con la cabeza, abrazo al padre del herido. Sentados compartimos ansiedad, angustia, anécdotas familiares, hermanándome con Manuel Pérez en el transcurso de una hora y media. Esa misma noche tenemos que regresar a Argentina por lo que le pido un papel donde dejarle un mensaje a su hijo. Contesta “no hay papel en Cuba” y es otra realidad que golpea. Escruto el piso de la habitación y veo el tacho de basura, en su fondo solo una pequeña pelotita beige esperaba que la estirara y planchara para escribir en ella: La Habana, 26 de enero de 1992. Mi muy querido Rolando, estoy acá en el Naval, junto a tu padre. Vine a donar sangre para ti u otros cubanos que la necesiten. Soy argentino, turista y me voy esta noche, así que te pido que cuando tengas ganas y estés repuesto me escribas a mi país, donde muchos amamos a Cuba y a la gente como vos que es la que sostiene a esta Cuba que no se cae. Le dije a tu papá que quisiera fueras mi hijo, ó que mis hijos se te parecieran. Tengo 5 hijos y 2 nietos. Esta noche parto para Argentina, pero un pedazo mío queda con tu papá, para que este trago amargo lo transforme en mamey cuando te repongas completamente.
Eladio González
Espinosa 1457 Buenos Aires Capital Argentina
Teléfono 582 - 4037
CHAU ¡¡¡ Un abrazo enorme !!!
Nos despedimos abrazándonos y el taxi me devuelve al hotel “Habana Libre”, el premio es el beso de Irene. En el shopping adquiero un libro sobre el argentino Ernesto Che Guevara, un videocasette sobre él y un pequeño y bello “arcón pirata” de cartón que contenía pequeñísimos libritos con “La Edad de Oro” de José Martí.
Ya en la habitación preparando el equipaje, minuciosamente arranqué toda la etiqueta del videocasete (el primero en mi vida) que había comprado en La Habana y que prometía desasnarme sobre Ernesto CHE Guevara de la Serna. Tenía miedo que en Buenos Aires la Aduana lo descubriera, Sí, … “ tenía miedo ”.
En Buenos Aires los de la Aduana no quisieron abrirnos las valijas, les bastó ver a nuestros dos engendros pequeños Demián y Manuel cargando dos gigantescas bolsas de grueso papel mucho más grande que ellos mismos, repleta de latas vacías de Tropicola, Cervezas Mayabe, Cristal, Bucanero y otras bebidas vacías que los “nenes” cirujas como el padre, habían recogido por las calles de La Habana y querían coleccionar. Ni hablemos de las marquillas de cigarrillos, porque tanto Demián como Manuel, con su corta edad se plantaban delante de cualquier cubano en la calle y le clavaban los ojos esperando que arrojara la lata o la marquilla, o se la pedían como pioneros cartoneros argentinos. Esa noche, tras vaciar las valijas, me fui solo a la cocina y allí me preparé para ver “lo prohibido”. Coloqué el videocasette y oprimí play. (después supe que no estaba solo, Mario Gerardo Yacub el abogado judío peronista estaba allí aunque yo no lo viera)
Solo recuerdo el hermoso rostro en blanco y negro del Che Guevara y su sugestiva voz remarcando, “…el próximo año en Cuba quien tenga sexto grado, será un analfabeto de sexto grado.”·
Yo había esperado una metralleta, una daga degolladora y me encontré con la sorpresa del maravilloso mensaje. Ahh…. Cuántos años me engañaron los periodistas argentinos.
Irene hipersensible, superpráctica, realista e impresionada por los efectos del brutal bloqueo que había comprobado, se lanzó a pedir a todas sus amigas, jabón, ropas usadas, calzado, biromes, lápices, medicinas, etc. para ayudar a los cubanos.
No demoró mucho en reunir ochenta kilos que llevamos a Ezeiza y envió a Cuba pagando el flete correspondiente. Claro, ayudó a los cubanos y fue una forma práctica de reducir el paquete de amigas y aclarar el panorama, porque algunas no le perdonaron su “nueva identidad” y la abandonaron. Ella ya no vivía tranquila por aquellos días pensando en las carencias de los cubanos, asistimos al teatro “El Galpón” donde el periodista locutor Eduardo Aliverti dio una charla sobre la solidaridad con Cuba. Irene lo apremió en un aparte para ver como se podía hacer para enviar mucha solidaridad sin fletes. Yo le entregué la lista de los doscientos cubanos/as que ya me habían escrito, para que la difundiera y los argentinos pudieran escribirse con ellos. Prometió difundirla desde un programa radial que dirigía en Rosario de Santa Fé. A diario me llegaban no menos de diez cartas escritas desde todas las provincias cubanas, por niños, jóvenes, adultos ó ancianos. Es que los periodistas cubanos había publicado el mensaje que le había entregado al padre de Rolando en el Hospital Naval. La primera plana con grandes letras UN TURISTA ARGENTINO FUE A DONAR SANGRE PARA ROLANDO EL POLICIA HERIDO. Y publicada en primera página completa mi carta al muchacho herido. Los cubanos bloqueados y aislados, (una especie de ghetto de Varsovia en el Caribe decidido por el nazi yanqui) leyeron emocionados y se sintieron obligados a agradecer a ese compatriota de Guevara que había emulado desde lo individual lo que ellos desde 1959 llevaban haciendo colectivamente en donaciones de plasma y sangre a todo el mundo. Soy tan desconfiado que cuando me llegó en una de las cartas esa primera página, tras leerla le dije a Irene “mirá los cubanos me agregaron algo que yo no escribí en el texto de la carta” Irene se rió y me dijo… “bueno … fijate que está también la fotocopia de tu manuscrito y ahí no podés lugar a dudas. Muchos lectores comenzaron a escribirme y transcurridos seis años las cartas sumaron cinco mil. No recuerdo haber lagrimeado tanto como esos años al leerlas.
Un venturoso domingo entré a la biblioteca, que posteriormente fue dormitorio de Javier Alejo y luego de Demián Rafael. Comienzo a extraer libros y a curiosearlos prometiéndome leer alguno de ellos pronto. Tomo un pequeño tomo que al abrirlo muestra una dedicatoria que vuelvo a leer, pero que esta vez me deja congelado. “A los distinguidos doctores Alberto Granado y Ernesto Guevara”. Por sobre mi hombro Mario Gerardo Yacub el abogado judio peronista se emocionó también. Corro escaleras arriba con el librito en la mano y encuentro el libro de Adys Cupull y Froilán González que compré en La Habana. Muy ansioso recorro las páginas y la confirmación de mi loca sospecha me embarga de emoción. ¡ No lo puedo creer ! El librito había sido dedicado al Che y a su amigo cordobés. La fecha Julio de 1952 y lugar de la dedicatoria (Bogotá – Colombia) no dejaban lugar a dudas. El libro les pertenecía. Cuando tuvimos el honor de ser visitados por un joven funcionario de la Embajada le mostré la dedicatoria y el hombre quedó muy impresionado. Yo ya había decidido donarlo al Museo de la Revolución de La Habana.
Capítulo 4 - Aparece Dios
En la forma de un Arquitecto de nombre Rodolfo Livingston llegó a nuestra casa Dios. Venía de Cuba desde la provincia de Holguín donde Martín Arranz Fuentes vicedirector del Teatro Lírico “Rodrigo Prats” y locutor del programa radial de CMKO Radio Angulo “La voz inmortal de Carlos Gardel” le había hecho un encargo. Consistía en entregarme varios libros y un casette donde todo un programa dominical se refería entre tango y milonga, a la donación de sangre y a mi carteado con cientos de cubanos. Martín Arranz Fuentes era uno más de los que me habían escrito por la supuesta donación de sangre.
Rodolfo propuso incluir en un libro de su autoría, próximo a aparecer, la experiencia que habíamos vivido en la isla. El libro se llamaría “Cuba Existe , es Socialista y No está en coma”. Le entregué la lista de los primeros doscientos cubanos que me habían escrito agradeciendo la donación de sangre. La misma que venía repartiendo en actos de apoyo a Cuba, fuera en la Federación Argentina de Box, Plaza de Mayo, el Teatro del Galpón ó en la Casa de la Amistad Argentino Cubana en su antigua sede de calle ¿¿??………. .
Rodolfo me propuso le confeccionara un diccionario cubano argentino sobre cocina. La cocinera negra de la Embajada de Cuba e Irene oficiaron de asesoras.
También pidió un diccionario sexual, para el que apelé a los cubanos de Prensa Latina en Buenos Aires y a adolescentes amigos de mi hijo Demián, que colaboraron entusiastas.
En la Casa de la Amistad Argentino Cubana en calle Alsina 1744 Capital, Buenos Aires, Rodolfo Livingston dió una conferencia y me encargó que la grabara. Expliqué que yo no era técnico. “Sí, pero tenés ganas y entusiasmo, me contestó”. Llevé mis aparatos y lo hice bien afortunadamente.
El libro incluye esa conferencia en la que contó nuestra experiencia en Cuba y fue leyendo trozos de las cartas cubanas, que me había pedido seleccionara. Sumado el mensaje que dejé escrito en Cuba para el herido, los diccionarios cubano argentinos de sexo y cocina, el listado de los doscientos primeros cubanos que escribieron y trozos de muchas de las cartas.
El libro se publicó y vendió. Aquí aparece el milagro de la COMUNICACIÓN SOCIAL porque quienes leyeron el libro sintieron necesidad de expresar lo que les había provocado su lectura y en él encontraron también el número de teléfono nuestro.
Decenas de llamadas diarias en las que emocionados me felicitaban y saludaban, yo retribuía y agradecía pero hasta allí, porque luego colgaba y chau.
Irene pronto alteró el sistema y fue ella la encargada de que todo fuera mejor… “Ah, viste que lindo lo que le pasó a Toto, bueno y vos ¿querés ayudar a los cubanos?. “ La respuesta era sí. Y de las llamadas telefónicas pasamos a las visitas que se multiplicaron y comenzamos a trenzar amistades. Muchos llegaron trayendo medicinas, alimentos, ropa, calzado, útiles escolares, como Irene les había sugerido. Algunos ansiosos y apasionados se sumaron a nuestra labor y los sábados y domingos eran para controlar, seleccionar, empaquetar, atar, pesar, etiquetar cada una de las cajas de amor solidario. La vereda y parte de calzada de la calle Espinosa 1457 entre Tres Arroyos y Galicia era un pequeño hormiguero de voluntarios que trabajaban con su corazón puesto en la Cuba bloqueada. No era extraño que mientras lo hicieran tomara yo una de las ocho cartas llegadas ese día desde la isla y abriéndola se las leyera en voz alta. ¡ Cuánta emoción y fuerza nos daban esos manuscritos !
Y entre nosotros, aunque no lo viéramos siempre estaba el abogado judío y peronista Mario Gerardo Yacub, sonriendo satisfecho.
Visitas Célebres -
Nuestra queridísima Yolanda Latiffe Saad, madre de Irene, mi suegra que cuando cayó enferma de gravedad, vivió en nuestra casa en la habitación pequeña junto a la cocina. Con una campanita me avisaba y por la noche yo la acompañaba a desplazarse hasta el bañito que estaba a 2 metros solamente.
Juan Carlos Gutiérrez, vecino de la calle Martín de Gainza y Neuquén nos donó fotos del cadáver Che, su pasaporte, y otras.
Psicólogo Moffat nos visitó con el Arquitecto Rodolfo Livingston y su ex esposa Mónica Müller .
Carlos Terribili artista plástico nos donó el mural del Che que donamos al ECUNHI .
Miguel Lafuente imprentero solidario
Pablo Vommaro joven tesorero vivía en la esquina de Felipe Vallese
Carlos Baños escultor, artesano realizó la escultura de tamaño
natural que lideró el Museo.
Heladero Psicólogo Carlos Policastro
Jessica Diomedi jovencita muy trabajadora.
Pablo Caruso técnico electricista
Boxeador Mataderos y sra.
Letrista adulto bajo gordo
Agustín Farina tae kwondista becado por el Museo para estudiar en Cuba grátis, ya es médico.
Alicia Molinari hasta su muerte en 2010 junto a nosotros en las buenas y en las malas.
Norma Coco voluntaria en el María Ferrer donde fui a leer poemas de Nicolás Guillén a los pacientes que se escribían con los cubanos de las listas.
Juanita Vega, fue líder en los primeros años (falleció)
Andrea Centell arquitecta con su novio e Irene armaron la exposición
Lobótrico amigo del padre de DaríoTerkeslián
Violeta y Domingo Carral
Cheli Rieiro y Horacio Diotto (Cheli falleció en accidente)
Josefina Salgado madre de plaza de mayo, su hijo desaparecido José (ella falleció 2011)
Zapican uruguayo conductor radio
Padre Farinello dio conferencia
Jon AndersonNorteamericano biógrafo mentiroso Che, vino a Espinosa acompañando a Alberto Granado.
Cubanos Delegado Pvcial. ICAP Camaguey Francisco López Dominguez (Paquito). Vivió en Espinosa
Arq. Selma Díaz ex esposa de Osmany Cienguegos (hermano de Camilo Cienfuegos) visitó Espinosa (amiga de Rodolfo Livingston)
Joel Atilio Cazal, Paraguayo qepd director de revista Koeyú
Doctor Alberto Granado Jiménez Padrino de inauguración del Museo amigo del Che Guevara 3 meses vivió en Espinosa (falleció 2011)
Director de Cine Luis Puenzo con Alberto Granado hacían el
Guión de Diarios de motocicleta que luego fracasó.
Delia Duque esposa de Alberto Granado vivió con él en Espinosa
Embajador de Cuba en Argentina . Alejandro Rodríguez Astiazarain disertó en el living de Espinosa (falleció)
Martín Arranz Fuentes Vicedirector del Teatro Lírico de
Holguín, actor, locutor CMKO Radio Angulo vivió en Espinosa
Dúo de cubanos guitarristas tocaron en el living.
Pianista cubano eximio tocó en Espinosa.
EL PASADO DE LA CASA
El abogado judío peronista Mario Gerardo Yacub había vivido en esta misma casa de Espinosa 1457, esquina Tres Arroyos en Caballito, CABA.
Para entender todo mejor oigamos a la “nuera” del DESAPARECIDO secuestrado y asesinado en 1976 por la dictadura militar ó Proceso, que practicó un genocidio en Argentina.
Demián y Manuel queridos: una joven mujer leyó su propio escrito en el acto de homenaje al abogado judío y peronista que vivió antes que nosotros en nuestra casa de Espinosa 1457. No la conocía, resultó ser la nuera del desaparecido. Sus recuerdos son importantes y ejemplifican la calidad de persona que fue Mario Gerardo Yacub.
Homenaje a Mario Gerardo Yacub, detenido-desaparecido el 1 de noviembre de 1976 en Talcahuano 638, Capital Federal.
Mario era el papa de mis amigos, Ivan, Adrian y Juan Pablo, que era un bebe. Era el colega y amigo entrañable de mi papa. Era el marido de Lea , una pareja con la que mis viejos organizaban campamentos al sur y vacaciones en Villa Gessell. Yo era muy chiquita, pero me acuerdo de cosas y me acuerdo de el.
Me acuerdo de la felicidad de ir a comer asados a su casa, me acuerdo que siempre estaba sonriente, me hacia upa cuando entraba a la casa. Se quedaban los adultos conversando, discutiendo, cantando la marcha peronista, nosotros los chicos jugando sin parar en la terraza a la pelota o jugando a las escondidas. Adrian y yo siempre nos escondíamos juntos. Y Mario decía “estos dos negritos van a terminar juntos” o cosas mas zarpadas que a mi papa no le causaban mucha gracia pero que afortunadamente el tiempo se ocupo de confirmar… . Sus hijos lo adoraban, y a pesar de ser tres varones quilomberos, nunca lo vi enojarse con ellos o tratarlos de mal modo. Siempre con humor, con amor.
Estoy hablando del año 73 ,del verano del 74. Cuando Mario jugaba al volley en la playa con un equipo de “barbudos”, como los llamaban los chicos mas grandes, entre los que estaban mi papa y otros amigos abogados . A mi me gustaba sentarme al borde de la cancha y mirarlos jugar. Era un clima de libertad, de camaradería, estaba bueno.
Despues todo se fue poniendo mas feo. Habia nervios, conversaciones que los chicos no podíamos escuchar. Vinieron las amenazas de la triple A. Mi viejo decidió exilarse. Mario vino con Adrian a despedirnos antes de que zarpe el barco mas grande que vi en mi vida. Mario también fue amenazado muchas veces, él decidió quedarse para seguir trabajando y militando. Sabia que estaba en riesgo pero siguió. Sin reprochar a sus amigos que se iban, sin dejar de acompañarlos. Todos los meses llegaban a nuestro departamento en Madrid largas cartas de Mario, que no se olvidaba de su amigo Bocho. Mario le escribia su análisis de la situación del país, le contaba de otros compañeros, le daba ánimos .
Cuando volvimos todo era distinto. Casi no veíamos a los amigos de antes, no se cantaba nada, no había asados, había casi que caminar mirando para abajo. A Mario “lo chuparon”, me explicaron cuando pregunte . Yo no tenia idea que quería decir, lo único que entendía era que “los Yacub” no estaban mas en mi vida. Y no me gustaba para nada.
Lea salió del país como pudo con los tres nenes chiquitos. Nunca voy a dejar de agradecérselo, creo que les salvo la vida.Yo los volvi a ver recién cuando volvió la democracia. Ahí Lea nos conto que había averiguado y que probablemente Mario estuvo en la Esma y fue tirado al mar, no sabemos mucho mas.
Lo que si sabemos es que a Mario lo chuparon unos hijos de puta cobardes de este lugar donde estamos hoy. Se lo llevaron siguiendo un plan sistematico de exterminio , para implementar un modelo de país que hubiera sido imposible de implementar sin el terror. Nos sacaron a Mario y a una generación de imprescindibles. Mario, el hijo de Rosa y Abraham, el hermano de Norberto y Nestor, el papa de mis amigos, el amor de Lea, el profesor de derecho político, el abogado de la gremial, amigo de los compañeros que luchaban por un país mas justo.
Después de años de impunidad y gracias a la lucha de organismos de derechos humanos y familiares, algunos de esos soretes delincuentes están siendo juzgados. Ojala que se pudran en una cárcel común con cadena perpetua y efectiva. Ellos y los complices civiles, los ideólogos y los grupos financieros que los apoyaron.
Yo quiero que digan quien se lo llevo, que hicieron con el, donde están sus restos.
Pasaron 34 años. Iván es abogado y papa de Mario Manuel Yacub, Adrian y yo nos casamos y tenemos a Tycho, Isa y Manuel Yacub. Juan Pablo es abogado.
Nuestra venganza es la de ser felices, amar y vivir en libertad construyendo democracia.
Como decía Macedonio Fernandez, la única muerte es el olvido: nosotros no nos olvidamos. Gracias a ustedes por acompañarnos en el homenaje y en el recuerdo de Mario. Mario Gerardo Yacub, ¡ Presente ahora y siempre. !
Maria Rabinovich de Yacub, 8 de noviembre 2010
From: Museo Che Guevara
To: Ricardo Iacub
Sent: Friday, November 09, 2007
Subject: saludo y aprobación
Doctor Iacub: solo saludarlo fraternalmente y aprobar lo que usted escribió en "La Cita" Agradecerle esa mirada que nos hace echar sobre aspectos fundamentales de nuestra vida.
Además preguntarle si algún pariente suyo vivió alguna vez en la calle Espinosa 1457 (Barrio de La Paternal) puesto que fuí vecino de esa cuadra. Un saludo de despedida y perdone la molestia. Eladio González (toto) 4 903 3285
Respuesta de Doctor Ricardo Iacub
Estimado Eladio, le agradezco muchísimo y creo que era mi tío quien vivía en esa dirección, se llama Miguel Iacub y arreglaba artículos electrónicos? Un abrazo Ricardo
From: Museo Che Guevara
To: Ricardo Iacub
Sent: Saturday, November 10, 2007
Subject: Mario Gerardo
Mario Gerardo Iacub ó Yacub , de segundo apellido Chervin, pero por dichos de otros tengo entendido que era abogado. Si vivió con su familia en Espinosa 1457 Capital Federal. Tengo entendido que su viuda se radicó en Estados Unidos con él o los hijos. Si lo llega a confirmar algún día cuenteme, tal vez sea una casualidad y el Iacub no sea lo mismo que Yacub pero me gustaría saber de él. Eladio González toto.
un fraternal saludo para usted y su familia.
Ricardo Iacub contestó:
Eladio, Mario Yacub era primo de mi papá, desapareció en 1976 y su esposa se exilió, vivió en EEUU y hoy volvió a vivir en Bs As. Qué es el Museo Che Guevara?
Ricardo
From: Museo Che Guevara
To: Ricardo Iacub
Sent: Friday, November 09, 2007
Estimado Ricardo: esta información te aclarará porqué mi correo electrónico es museocheguevara@fibertel.com.ar .
COMO NACE EL PRIMER MUSEO ARGENTINO Y SUDAMERICANO EN HONOR AL COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA.
La idea y determinación de fundar el Primer Museo Histórico Sudamericano en Honor al Comandante Ernesto Che Guevara de la Serna surge producto de la profunda impresión vivida por un turista argentino en La Habana CUBA. Eladio González Rodríguez (52 años) a quien el destino le depara presenciar en 1992 el “Duelo de Pueblo” que vivían los cubanos por un joven policía de 22 años herido de suma gravedad. Eladio dona sangre para el jóven en La Habana y deja una carta para el herido, para que le escriba cuando se reponga. El policía muere y es condecorado post mortem como “Héroe de la República de Cuba” pero la carta del argentino es publicada en los diarios y cinco mil cubanos de toda edad escriben agradecidos, y emocionados al donante argentino, asegurándo que el joven no ha muerto, “que ellos son el joven”.
Gracias a esas cartas Eladio y su esposa Irene Perpiñal, dos apartidistas que desconocían todo sobre el Che y Cuba, ven alterada su vida, razón de ser y convicciones, y fundan una Escuela de Solidaridad con Cuba “CHAUBLOQUEO” para romper el genocida cerco de los EEUU, la que hasta Mayo del 2000 tiene enviados a Cuba 260 toneladas de amor solidario. Esta escuela de solidaridad, alterna los envíos solidarios materiales con una profusa correspondencia desbloqueadora. La influencia profunda de amor guevariano que exhudan todas las cartas escritas por cubanos de toda edad, que llueven permanentemente, lo llevan el día 26 de Abril del año 1996 a fundar el Museo que apadrina ese mismo día el guerrill”ero sobreviviente de Bolivia, hoy General Harry Villegas (Pombo).
Se inaugura el Museo, son oradores en esa ocasión el Dr. Alberto Granado Jiménez, amigo personal, y compañero de viaje del Che por América y el Arquitecto Rodolfo Livingston (responsable fundamental del crecimiento de la Escuela de Solidaridad con Cuba “Chaubloqueo” en razón de la difusión de su libro Cuba Existe es Socialista y No está en Coma donde relata la experiencia del argentino que donó sangre y recibió amor de todo un pueblo revolucionario. El historiador Norberto Galasso leyó en la inauguración el poema de al Che Guevara.
El Museo argentino del Che, ha concretado ya hermanamientos importantes como los realizados en Cuba con la Casa Museo “La Otilia” en Buey Arriba (Granma) –cuartel general del Che -, con el Museo “Abel Santamaría” (Habana), con el Museo del Che que alberga sus restos mortales en la ciudad de Santa Clara.
El Museo no pertenece a ningún partido político, ni recibe un solo centavo de ninguno de ellos, no tenemos subvención ni del Gobierno de la Ciudad ni del Gobierno de la Nación. Hemos concretado con éxito importantes investigaciones y se ha impulsado la creación de Muestras Itinerantes y fijas como la realizada en La Falda, y en Cosquín ambas ciudades Cordobesas.
Autoridades del Museo
Padrinos: General Harry Villegas (Pombo) y Doctor Alberto Granado
Fundador y Presidente Eladio González Rodríguez (Toto)
Vicepresidenta Irene Perpiñal Saad
Socia Honoraria: Aleida Guevara March
From: Museo Che Guevara
To: Ricardo Iacub
Sent: Thursday, November 15, 2007
Subject: Encuentro anhelado
Ricardo, estimado doctor: Demoré cuatro días en reordenar mis emociones y cuando le iba a contestar a toda su generosa y valiosa información, sonó el teléfono y apareció Lea. Le agradezco muchísimo al azar de que yo leyera su apellido en ese artículo del periódico de los jubilados y a usted que me respondió. Ahora tendré la oportunidad de aclarar un sinnúmero de interrogantes y angustias, mejor dicho ponerle rostro (el de su viuda) a una angustia que cargo desde hace casi tres décadas. Y eso me hace falta. Solo falta que coordinemos con Lea y se llegue hasta nuestro hogar. Un saludo para usted y quedo a su disposición por cualquier cosa que necesite. Eladio González toto director
Contesto Ricardo Iacub Me alegro Eladio! Un abrazo
Ricardo
From: Museo Che Guevara
To: Lea Braslavsky
Sent: Thursday, November 15, 2007
Subject: Encuentro anhelado
Lea, créame que su llamado no fué una sorpresa, aunque no lo esperaba, tal vez tenía muy presente estos cuatro últimos días su presencia en Argentina, la posibilidad de conocerla y hablar sobre nuestro común denominador, la casa de Espinosa 1457.
Buena parte de mi vida he portado una deuda doble, quiero decir conmigo mismo y con ustedes, porque desde que el vecino de la planta baja me anotició de la tragedia, necesité saber de usted y de su familia. Casi tres décadas después llega la oportunidad y le doy la bienvenida. Por favor telefoneenos Lunes, Martes ó cuando usted pueda llegarse a conocernos a Irene y a mí. La esperamos y mientras tanto que siga usted bien. Un fraternal saludo. Eladio González toto
difunden: el 1er. Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara", la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre
Irene Perpiñal y Eladio González - directores calle Rojas 129 local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina telefax: 4-903-3285 email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
doná sangre, doná órganos, doná células madre, sé solidario, SÉ VOS. ¡Salven a los argentinos! "las ballenas"
Irene Perpiñal y Eladio González - directores calle Rojas 129 local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina telefax: 4-903-3285 email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
doná sangre, doná órganos, doná células madre, sé solidario, SÉ VOS. ¡Salven a los argentinos! "las ballenas"
De: rubencipo@hotmail.es [mailto:rubencipo@hotmail.es]
Jueves, 03 de Junio de 2010
Para: museocheguevara@fibertel.com.ar
Asunto: Desde Cipolletti
Hola Eladio. Te había perdido de vista, pues antes recibía correos tuyos, pero luego de algunos problemas técnicos y cambios de direcciones, los he dejado de recibir.
Te la hago corta, resulta que estuvo de visitas una hermana que tengo en Buenos Aires y entre charla y charla aparece el nombre de Mario Yacub, vinculado a una prima segunda nuestra - Lea-, de quien yo conocía en mis años mozos una historia familiar, sobre un novio o marido desaparecido. La charla continuó por otros carriles. Yo me quedé con la duda y vía Internet empecé a ahondar un poquito y es así como llego a vos por una nota publicada en esta dirección: http://elperiodistadigital.blogspot.com/2008_04_01_archive.html.
Allí aparecen unas palabras de mi prima expresadas en un homenaje
realizado en Basavilbaso y reproducidas gentilmente por vos.
Conclusión, desearía contactarme con Lea. No se si se acordará, estimo que si. Mi nombre es Rubén Visnevetsky, hijo de Gregorio y Chocha Braslavsky.
Por favor te agradecería mucho esta gauchada. Un saludo afectuoso, Rubén
Enviado el: Domingo, 04 de Julio de 2010 01:17 a.m.
Para: 'rubencipo@hotmail.es'
CC: Lea Braslavsky
Asunto: Lea Braslawsky
Estimado Ruben Visnevetsky : mucha emoción me causó hace tres minutos descubrir en mi "Correo Electrónico No Deseado" tu mensaje de hace exactamente un mes. No puedo explicarme el porque fue a esa bandeja, pero me esta ocurriendo con decenas de mail. Realmente para mí es un premio el poder ser el factor de reunión entre parientes de Lea.
Con Lea Braslavsky me une una casualidad muy especial. Ambos vivimos en diferentes épocas en la misma casa. Ella, con su Mario Gerardo Yacub Cherbin y los hijos de ambos habitaron en una casa de altos en el barrio La Paternal, calle Espinosa 1457, Capital Federal de Buenos Aires.
Años después de que Mario fuera secuestrado y desaparecido, Lea vendió esa propiedad y emigró con sus niños a los EEUU.
Una pareja joven con dos hijos buscando departamento tipo casa encontró el aviso del que en ese momento era el propietario (un sastre) y la adquirió.
Allí vivimos (pues de mi familia se trataba) allí crecieron mis hijos y aunque por vecinos nos habíamos enterado vagamente de la tragedia vivida por la familia del "abogado peronista", nunca tuvimos a nadie con quien obtener precisiones que colmaran nuestra natural inquietud emocional y curiosidad.
Muchos años pasaron, vendimos la casa, nos mudamos y siempre el apellido Yacub estuvo a flor de mi memoria. Vi el monolito frente al Palacio de los tribunales con su apellido y nombre incluido entre tantos abogados asesinados. Pero no fue hasta hace unos dos años que un periódico de Jubilados me trajo la conección. En un lindo artículo sobre la tercera edad , el nombre del autor, mejor dicho el apellido me congeló.
Había una dirección de mail y tras cuatro envíos y respuestas del
psicólogo Yacub me enteré que el era pariente de Lea, que ella había regresado a Argentina (no así sus hijos, casados en Estados Unidos). Imaginate Ruben, que emoción y como pensaba yo la forma de pedirle al psicólogo el teléfono de Lea, a quien jamás había visto en mi vida. No pasó un día y el teléfono sonó para que Lea se presentara, luego nos visitara a mi esposa Irene y a mí, acompañada por su cuñado, el hermano de Mario.
Cuanto se habló y se compartió fue ínfimo para todo lo que cada uno de nosotros tiene metido en el alma, vinculado a esos dos hogares. El anterior en el tiempo de los Yacub Braslavsky y el mas cercano de los González Perpiñal.
Es con mucha emoción y alegría que comparto con Lea y con vos este mensaje , el mail de ella es braslavsky
Recibí mi agradecimiento por esta oportunidad que me das de sumarme en cierta forma, a los afectos familiares de ustedes.
Un cariñoso saludo para vos y los tuyos todos. Eladio González toto director
De: ruben visne [mailto:rubencipo@hotmail] Enviado el: Lunes, 05 de Julio de 2010
Para: museocheguevara@fibertel.com.ar
Asunto: Lea Braslawsky
Estimado Eladio, acabo de leer tu correo y agradezco tu respuesta. Sobre lo que me contás alguna pequeña cosa creo haber leído en alguna página de internet, donde dejás un comentario sobre que habitaron la misma casa. Ahora me amplias mucho mas el panorama y va sumando a esto que comienza a tomar cuerpo. Te comento que luego de escribirte el correo y al no recibir respuesta (ahora entiendo porqué) me dediqué a buscar en la web. Así es como pude obtener datos de mi prima y sus hijos, armar un poco la historia de mi primo político (a quien no conocí) y hasta ahora he logrado contactarme con un hijo de Lea vía correo electrónico. Con ella todavía no contacté, pues la he llamado por teléfono pero se encontraba de viaje. Ahora que me envías su dirección electrónica, veré si me contacto. Vuelvo a reiterar mi agradecimiento por haberte ocupado y te saludo con un fuerte abrazo. Rubén Visnevetsky
Baldosones por Memoria desaparecidos argentinos
Tres rostros de secuestrados desaparecidos sobre el cartel que Barrios por la Memoria y la Justicia Almagro-Balvanera desplegaron en la vereda frente al Centro Cultural de Humahuaca 3508, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. El de la derecha Mario Gerardo Yacub Chervin, abogado peronista judío secuestrado 1º Noviembre de 1976. Una mano acaricia el rostro de Andrea Débora Tita Yankilevich secuestrada un 27 de Julio de 1976. Nos sonríe desde la memoria militante el joven Gustavo Juarez a quien secuestraron el 12 de Agosto de 1977. La baldosa de Mario Gerardo Yacub ha sido completada, en solo unos días será emplazada en la vereda frente al estudio jurídico donde trabajaba. Cucharas, mezcla y memoria en el baldosón Conmemorativo.
Yo, Eladio González (Toto) preparo la mezcla para hacer los baldosones, que recordarán a estos tres mártires en las veredas de donde fueron secuestrados. Es sábado 16 de Octubre de 2010 y cincuenta seres humanos de todas las edades trajinan la vereda ó el pavimento de la calle Humahuaca, saludándose, fotografiando, convidando mate, armando los textos que personalizarán los baldosones que están siendo confeccionados por mujeres y hombres de toda edad, albañiles restauradores de la memoria trágica argentina. Sobre 4 mesas otros tantos marcos de madera vacíos van recibiendo la mezcla de cemento y arena humedecida sobre la que una malla de alambre oficiará de alma resistente. Niños cuidadosísimos para su edad alisan amorosamente la capa de mezcla teñida de verde que corona los baldosones. Su perímetro es destacado incrustando pequeños trozos irregulares y coloridos de vidrio. En el espacio que queda alguien traza renglones y los familiares injertan las sagradas letras que eternizarán sus nombres a los peatones. En uno de los vértices del baldosón de Mario Gerardo Yacub incrustan un peón negro de ajedrez y su viuda Lea coloca además uno de los gemelos para puño de camisa que el usara. Ella está rodeada por muchos de sus familiares, y yo que por esas cosas de la vida terminé viviendo con mi familia, en las mismas habitaciones que ellos habían habitado, antes de que la brutalidad del Proceso genocida les robara la felicidad, me comprometo conmigo mismo a escribir en el futuro la asombrosa historia de la transformación, que mi mujer y yo sufrimos en esa casa de la calle Espinosa 1457 en el Barrio La Paternal, de Buenos Aires, donde vivieron Mario Gerardo, Lea y los hijos de ambos. Porque en el mismo lugar que fuera hogar de los Yacub Braslavsky, la pareja González Perpiñal fundó la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" en Febrero de 1992 y el Primer Museo Suramericano Comandante Ernesto Che Guevara en Abril de 1996. ¿ casualidad ? ó "causalidad". Ya lo leerán, prometo que lo escribiré.
Eladio González toto director
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Martes, 16 de Noviembre de 2010
video homenaje mario yacub
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Sábado 29 Marzo de 2008.
A las cuatro de la tarde setenta personas ocupan la vereda y parte de Av. San Martín casi esquina Luis Viale. Todos miran el piso, las letras en relieve del baldosón dicen Horacio Aníbal Elbert Blumenstein y 8-12-1977 fecha de su desaparición. El joven albañil pregunta quién de los compañeros desea colocarla y comparto mitad de la responsabilidad con una mujer. Nunca conocí al desaparecido pero necesité hacerlo. Víctor País hacedor del periódico “Tras cartón” me reconoce, saluda y obsequia un ejemplar con la historia de otro desaparecido de La Paternal. Poesía y palabras recordatorias, aplausos, cadencia de bombo y platillo “olé olé, olé oláá.., olé olé, olé olááá, como a los nazis.. les va a pasar… a donde vayan los iremos a buscar”…
Una mujer a mi espalda me inquiere sobre el apellido Yacub escrito en la bandera argentina que llevo colgada en mi maletín,
y sospecha un parentesco, le entrego mi tarjeta y prometo enviarle el mail del hermano de Mario Gerardo.
Dos hombres con cariñosos movimientos manejan cuchara y cemento y queda instalado ese mojón de memoria colectiva.
Marchamos encolumnados a ritmo del bombo hacia la cercana plaza “24 de Setiembre”, algunos llevan una gran foto de Julio López, desaparecido hace un año. Muchísima gente se va sumando al verde y arbolado espacio público donde cuarenta niñitos de vestimenta multicolor y mejillas decoradas se estremecen al ritmo de un bombo y platillo murgueros. El tiempo trascurre y los payasos se adueñan del micrófono para hablar a los niños presentes como debe ser, inteligentemente. Los afiches que rodean este gran ámbito de encuentro social, comunicativo, enriquecedor, estimulante, necesario, denuncian talleres clandestinos, crímenes políticos, injusticias de ayer y hoy e invitan a expresarse allí mismo con marcador sobre papel blanco. Los rostros del panel de desaparecidos del barrio, le hacen un lugar a la foto del doctor Mario Gerardo Yacub, que pego cuidadosamente. A los curiosos les entrego copias de la foto y el texto que su esposa leyó en un acto el 24 de Marzo.
El hermano de Mario llega para abrazarme y reafirmar lo escrito sobre la bandera argentina que llevo colgada sobre mi maletín que dice : “ Dr. Mario Gerardo Yacub - ¡ Presente ! Vecinos Espinosa 1400 ”. En el pecho llevo una tarjeta con su nombre y apellido. Un joven chileno fotógrafo, se tropieza con la actividad, escribe y lee por micrófono un recordatorio del asesinato de sus compatriotas, los dos hermanos Vergara Toledo, en ese preciso momento en Chile la juventud se manifesta en Santiago y otras ciudades por el mismo motivo. Los integrantes de Mate Murga, teatro comunitario de Villa Crespo, diseminados entre los árboles, puestos de venta, y grupos de vecinos se van enfundando en ropas que los transforman en los abuelos de todos, esos que bajaron de los barcos. Con voces propias gradualmente se van apropiando de las almas de los niños, jóvenes, adultos y ancianos que sentados, parados o casi levitando comulgan con el ritmo y las urgentes letras de los himnos humanitarios que este teatro coral propone. Derrotaron al ruido de los vehículos que circulaban por la avenida, no hizo falta micrófono, porque la palpable emoción del público potenció el caudal natural de las gargantas, enmarcadas y también premiadas, por cientos de palmas comprometidas.
Pañuelos de cabeza y polleras negras, chalecos, gorras en hombres que flameaban rojas banderas y el “adonde vayan los iremos a buscar”. Los niños por naturaleza los más críticos, fueron los que arrobados e inmóviles más disfrutaron. Generosa la gente de la Comisión por la Memoria me dio micrófono y dije: “el 24 de éste Marzo una viuda en una escuela primaria de la ciudad de Basavilbaso, en provincia de Entre Ríos, había leído a niñitos, padres y maestros el texto que leeré. Hasta 1976 no era viuda, había sido vecina con su marido y dos hijos de este barrio La Paternal. Sus hijos hoy viven en Norteamérica pero ella volvió y quiero representarla, porque también fui vecino del barrio y viví en la misma casa que ella”. Dijo Lea Braslawsky: “Hace mas de 60 años, un chico como muchos de los que hoy asisten a este acto, ingresaba a esta misma escuela, jugaba en el mismo patio, aprendía en las mismas aulas y compartía sueños y una historia que contaba una vieja maestra: San Martín, que cruzó los Andes, Moreno, el hombre de los grandes ideales, Belgrano creador de la bandera.
¿Habrá sido entonces que en ese chico germinó la necesidad de luchar por un mundo mejor? ¿Será acá donde nació el militante? Mario vivía a dos cuadras de aquí, caminó estas mismas veredas, jugó al football y al basket como cualquier chico de Basavilbaso. Estudió abogacía en Buenos Aires, formó una familia y luchó contra las violaciones a los derechos humanos y por la liberación de nuestro país. Como otros 30.000 argentinos pagó con su vida la osadía de combatir por los mismos ideales que vislumbró en sus primeros años en estas calles. Fue secuestrado, torturado y asesinado por la Dictadura Genocida. No fue un héroe excepcional, fue un argentino como cualquiera de nosotros, pero dispuesto a perder la vida en el intento de legar a la próxima generación un mundo mejor.
La valentía y la ternura, el arrojo y el humor, el talento y la dulzura, se conjugaron en una vida vibrante e íntegra, bebida, no en vano, hasta la última gota.
En este nefasto aniversario, nos reunimos para recordarlo con dolor, con amor y admiración. Nunca mas terrorismo de estado, nunca más dictaduras genocidas. Nunca más. Juicio y castigo a los culpables.
Lea Braslawsky (viuda del Dr. Mario Gerardo Yacub)
exhibí la foto de Mario Gerardo a los presentes que aplaudían, agradecí y me retiré tras abrazar a Néstor el hermano del desaparecido abogado judío peronista Doctor Mario Gerardo Yacub.
Eladio González toto director
QUIENES ESTUVIERON EN EL MUSEO
Arq. Rodolfo Livingston presentó dos libros (Cuba Rebelde) y dió conferencias.
Y también celebró su cumpleaños allí con una fiesta inolvidable.
Profesor Osvaldo Bayer dio conferencia sobre Che Guevara y recibió la llave simbólica del museo.
Orlando Borrego cubano ayudante del Che en el Ministerio.
Hamlet Lima Quintana qepd presentó tres libros de poesía y celebró su cumpleaños.
Jorge Marziali autor de la canción ganadora Che niño, la cantó dentro del Museo del Che.
Oscar Cardozo Ocampo destacado músico argentino, qepd tocó piano en el museo
Andrés Gómez cubano víctima de la operación Peter Pan dió uma charla em el museo vive em Miami.
Omar Moreno Palacios de Chascomús gran folklorista canto en el cumpleaños de Hamlet Lima Quintana su amigo.
Demián Rafael González profesor de Salsa y showman en las fiestas nuestro primer hijo. Director del Ballet Estable del Museo Che Guevara
Taller primeros auxilios por una universitaria.
Apoyo escolar primario.
Taller de idioma inglés, por jovencita universitaria.
Norberto Galasso dió taller de los Malditos en la Historia argentina con Alzugaray organizando. (participó en la inauguración del museo leyendo poema al Che de )
Gustavo Masó nos invitó a su programa radial Caballito de Batalla en FM La Tribu en 1996 y allí dí la primicia de la fundación del Primer Museo Sudamericano Ernesto Che Guevara. Gustavo era director de la Murga “Duendes de Caballito” un incondicional apoyando actividades del museo y con su murga de setenta integrantes actuaban en las fiestas.
Carlos Punta taller de americanismo
Paula Tejada (hija de Armando Tejada Gómez) y profesoras de folklore del museo
Profesor de Tango
Fulanito profesor de periodismo (revista Acción)
Fernando Krichmar Cine Insurgente cineasta proyectó “Diablo
Familia y Propiedad”, filmó la visita de periodistas de los medios de comunicación cubanos.
Javier Peñoñori profesor de guitarra del museo
Coro Bizarro de Lanteri luego director radio Madres Plaza Mayo
Joven escribía en la revista Flores enseñó Tango en el museo.
Tatica y Tejera excelente dúo musical teatral cubano
Moncho Mieres
Ramón Ayala actuó gran cantautor argentino litoraleñas
Llajtaymanta tocó varias veces en el Museo.
Héctor Celano dio recital poético, luego se fue a vivir a Cuba.
Julio Lacarra cantautor argentino
Murga uruguaya actuaban en fiestas y practicaban en la semana.
Coro del Museo, pibe joven raro, nunca estrenó en fiestas, se ve que no tenía un lugar propio y se aprovechó para juntar sus ALUMNOS allí.
Profesor Aymará talleres de plástica
Adriana Vega Presidenta de la Asociación José Martí dio conferencia.
“Los argentinos descendemos de los barcos” obra teatral se representó en el Museo.
Banda de Sikuris tocó en el Museo
DONANTES
Editorial Letra Buena donó gran cantidad de La caída de la UCD
La reelección , Robo y falsificación de obras de arte en la Argentina.
Club Judío Scholem Aleijem
Néstor Piru Gabetta donó cientos de ejemplares de la revista La Maga.
De Catalinas medicamentos
Tías de Sergio Queco Causa donaron cientos ejemplares de la revista Kiné, y muchos elementos de librería y papelería, porque cerraron su negocio por los robos.
El Profesor Eugenio Geraldo Bouvet terminaba de escribir su libro “Cubanismo” y me hizo llamar, me planteó que quería poner al Museo en la contratapa y así lo hizo. Nos donó cuatrocientos ejemplares del libro y lo fuimos “regalando” a cada visitante en las fiestas.
18 noviembre 1997 Los afiches de una exposición Che Guevara que el Concejo Deliberante (que cerraba para transformarse en Legislatura) iba a tirar me los llevé de la exposición y los fui entregando como obsequio a los visitantes de todo el mundo, extranjeros ó argentinos, con la aclaración de que había sido MEDIA MENTIRA la exposición, que no había sido publicitada y por ello tuvo ínfimas visitas. La organizó la Dra. Mónica Guariglio que había venido a pedir cosas para exhibir y se las facilitamos.
Feria del Libro y los museos de la ciudad con el Che Guevara gigantesco logro de nuestro museo al obtener gratuitamente un stand para todos los museos de la ciudad.
Reginaldo Ustariz Arce, doctor boliviano que estuvo con el cadáver cuando mataron al Che y luego escribió en Brasil “Vida Morte e Resurrecaio do Che” en la versión en portugués figuran fotografías del Museo nuestro y Toto en la puerta y sentado en su interior.
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